¡Mensik, ¡Campeón de Miami! Gigante checo tumba a Djokovic

El retraso fue considerable; más de cinco horas y media pospusieron el inicio de la final masculina, un choque entre dos generaciones, dos estilos: Novak Djokovic, leyenda del tenis mundial, y Jakub Mensik, una promesa checa de apenas 19 años.
La humedad, cercana al 90% tras una intensa lluvia, convirtió la cancha en una pista de patinaje. Djokovic, visiblemente afectado por una infección ocular, incluso pidió aserrín para mejorar el agarre de su raqueta. Se le vio aplicando gotas para los ojos en varios momentos del partido, un detalle que añadió dramatismo a la situación.
Pero la verdadera historia no se centra en las adversidades climáticas ni en el estado físico de Djokovic. La historia es Mensik, un gigante de 1.93 metros que superó al serbio con un juego impecable. Su servicio, que superó las 130 mph en varias ocasiones, fue devastador. 14 aces y apenas una sola vez quebrado su saque.
“Eres a quien idolatraba cuando era joven. Comencé a jugar tenis por ti”, confesó Mensik a Djokovic en la ceremonia posterior al encuentro, una victoria por 7-6 (4), 7-6 (4) que selló su primer título ATP.
Para Mensik, esta victoria representa el culmen de un sueño. Él, que había perdido contra Djokovic en Shanghái el año pasado, ahora se impone al ídolo de su infancia en una final ATP 1000. Un triunfo agridulce para Djokovic, quien buscaba su centenario título y un séptimo en Miami. Su admiración hacia el joven talento queda clara en sus palabras: “Este es un momento de alegría para él y su familia... fuiste mejor. En los momentos decisivos entregaste lo necesario”.
La multitud, a pesar del enorme retraso, apoyó fervientemente a Djokovic, coreando su nombre a lo largo del partido. Un detalle que no pasó desapercibido para el serbio, quien agradeció el calor del público.
El partido, originalmente programado para las 15:00 horas, se vio afectado también por la final femenina de dobles, entre las parejas Andreeva/Shnaider y Bucsa/Kato, un encuentro que se extendió debido a las interrupciones por lluvia y se decidió en un super tie-break a favor de Andreeva/Shnaider por 6-3, 6-7 (5), 10-2.
Un día memorable en Miami, un capítulo inesperado en la historia del tenis que quedará grabado en la memoria de muchos.