Adiós a De Bruyne: Victoria agridulce del City

El foco principal, aunque no el único, estaba puesto en la despedida de Kevin De Bruyne, un jugador que ha dejado una huella imborrable en el club durante diez años. Una pancarta gigantesca lo proclamaba "Rey Kev", reflejo del cariño y la admiración que siente la afición.
Sin embargo, la narrativa del partido tomó un giro inesperado gracias a Omar Marmoush. Su golazo, un disparo desde más de 30 metros que superó al arquero con una trayectoria impecable, "el tipo de gol del que De Bruyne se habría sentido orgulloso," según los comentaristas, se convirtió en el punto culminante de la primera mitad. Este impresionante tanto, anotado al minuto 14, opacó, al menos momentáneamente, la emotiva despedida del mediocampista belga.
De Bruyne, a pesar de la ovación de pie al ser sustituido y el homenaje del club – incluyendo un mosaico en la academia y una calle con su nombre en el campus – tuvo una noche agridulce. Falló una ocasión clarísima frente al arco, un disparo que impactó en el travesaño, dejando a los aficionados con la sensación de que la noche podría haber sido aún más mágica para el "Rey Kev".
Bernardo Silva amplió la ventaja del City antes del descanso, y Nico González sentenció el encuentro en los minutos finales. Daniel Jebbison descontó para el Bournemouth, en un partido que finalizó con ambos equipos con un jugador menos. La victoria, por 3-1, impulsó al City al tercer lugar de la tabla de la Premier League, dejando su clasificación a la Champions League en sus propias manos para la última fecha.
La victoria también marcó el regreso de Rodri Hernández a las canchas, ocho meses después de una cirugía de ligamento cruzado anterior. Su entrada como suplente en la segunda parte, su primera aparición desde septiembre, es una excelente noticia para el club de cara a la Copa Mundial de Clubes.
Mientras tanto, el Crystal Palace, tras su sorpresiva victoria en la final de la Copa FA contra el City, continuó su racha ganadora, derrotando al Wolverhampton por 4-2, con un doblete de Eddie Nketiah y un gol agónico de Eberechi Eze.
El triunfo del Manchester City, más allá de la clasificación a Champions, quedó marcado por la despedida de una leyenda y la irrupción de una nueva estrella, dejando un sabor agridulce pero inolvidable en el corazón de los aficionados.