Juicio Maradona: Videos comprometen a jueza, riesgo de nulidad

En el centro de la polémica se encuentra la jueza Julieta Makintach, una de las tres integrantes del tribunal que juzga a siete profesionales de la salud por la muerte del astro argentino el 25 de noviembre de 2020. Videos obtenidos a través de allanamientos judiciales muestran a la magistrada en situaciones que contradicen la imparcialidad esperada en un proceso de tal magnitud. Las imágenes, difundidas por medios locales, muestran a Makintach siendo seguida por un camarógrafo en los tribunales de San Isidro, en las afueras de Buenos Aires, días previos al inicio del juicio el 11 de marzo. En otro video, se la observa mirando a cámara, resumiendo su trayectoria profesional. Esto, según la fiscalía y las querellas, sugiere una presunta colaboración con una productora para la realización de un documental no autorizado sobre el juicio, violando flagrantemente las reglas de confidencialidad del proceso.
Este escándalo ha provocado la suspensión provisional del juicio desde el pasado jueves. La reanudación, programada para este martes a las 10:30 hora local (13:30 GMT), se perfila como un punto de inflexión. Se barajan varias posibilidades: el apartamiento de Makintach, lo que obligaría a reiniciar el juicio desde cero; su reemplazo dentro del tribunal; o la continuación del proceso con la jueza, aunque cualquiera de estas decisiones seguramente será apelada, con la Cámara de Apelaciones como instancia final. Si se declara la nulidad, un nuevo juicio podría iniciarse recién en 2026, obligando a los casi cincuenta testigos ya declarados a repetir su testimonio.
En el banquillo de los acusados se encuentran siete profesionales: el neurocirujano Leopoldo Luque; la psiquiatra Agustina Cosachov; el psicólogo Carlos Díaz; los médicos Nancy Forlini y Pedro Di Spagna; Mariano Perroni, representante de la empresa de enfermería; y el enfermero Ricardo Almirón. Todos ellos son juzgados por "homicidio simple con dolo eventual", acusados de no haber brindado el cuidado adecuado a Maradona durante su internación domiciliaria tras una cirugía para remover un hematoma subdural. Este delito conlleva una pena máxima de 25 años de prisión.
La situación, a todas luces compleja, deja en suspenso no solo el futuro del juicio, sino también la búsqueda de justicia por la muerte de un ícono global. El desenlace se vislumbra como un complejo rompecabezas legal con consecuencias de gran alcance para todos los involucrados.