Tigers vencen a Giants en emocionante juego

. Esa misma emoción se vivió ayer en el diamante. Un encuentro que, aunque aparentemente sencillo en el marcador final, esconde una narrativa llena de giros inesperados.
Los Tigers de Detroit se enfrentaron a los Giants de San Francisco en un duelo que se definió por detalles minuciosos. Fue Keider Montero quien se robó el show, un lanzador que, con un ERA de 5.28 antes del juego, silenció a la ofensiva de los Giants durante cinco entradas impecables. Solo un hit y dos bases por bolas concedió, abanicando a tres bateadores. “Una actuación magistral, un cambio de juego total,” comentó un analista deportivo tras el partido.
La victoria, sin embargo, no fue un paseo. Riley Greene impulsó dos carreras claves en la quinta entrada, luego de que los Tigers llenaran las bases. Un sencillo oportuno, con un toque de suerte, aumentó la ventaja de Detroit. El relevo, con Will Vest asegurando el sexto salvamento de la temporada, fue clave para mantener a raya a los Giants.
Del lado de San Francisco, Hayden Birdsong cargó con la derrota tras permitir tres carreras en 4 1/3 entradas. Aunque Wilmer Flores conectó un sencillo productor en la sexta, la reacción de los Giants se quedó corta. La estrategia del manager, incluyendo una decisión crucial de Erik Miller al otorgar una base intencional, marcó la diferencia en el desarrollo del encuentro.
El marcador final: 3-1 a favor de Detroit. Un triunfo que, más allá de los números, refleja la combinación de pitcheo sólido, bateo oportuno y, sin duda, una pizca de esa magia que solo el beisbol puede ofrecer. Un juego que confirma que la tensión y el suspenso pueden llegar hasta el último out, independientemente del marcador.