Baja asistencia en Mundial de Clubes de la FIFA: un éxito desigual

Organizada con bombo y platillo por la FIFA, y con la expectativa de convertirse en la competición de clubes más prestigiosa del planeta, el torneo ha experimentado una asistencia bastante irregular en sus primeros partidos. Mientras en algunos estadios la respuesta del público ha sido abrumadora, en otros la imagen ha sido considerablemente diferente. Los números, a decir verdad, son sorprendentes.
El partido entre Mamelodi Sundowns de Sudáfrica y Ulsan HD de Corea del Sur en el estadio Inter Miami CF (Orlando), por ejemplo, registró una asistencia de tan solo 3.412 espectadores, una cifra que contrasta radicalmente con la capacidad del estadio (25.500 personas). “Es como jugar al fútbol durante el confinamiento”, comentó un aficionado en redes sociales, reflejando la sensación generalizada de un ambiente inusualmente vacío. Incluso, las palabras “ORLANDO”, en los asientos del estadio, parecían destacar la escasez de público. Las tormentas que retrasaron el inicio del partido podrían haber influido, pero no explican completamente la baja concurrencia, teniendo en cuenta que el precio de las entradas llegó a bajar hasta los 23 dólares.
En contraste, el encuentro entre el Paris Saint-Germain y el Atlético de Madrid en el Rose Bowl de Los Ángeles congregó a más de 80.000 espectadores, demostrando el enorme potencial del torneo, pero también su inconsistencia en cuanto a la atracción de público.
Otros partidos mostraron resultados desiguales. El partido del Chelsea contra Los Ángeles FC en Atlanta, a pesar de ser un equipo de la Premier League, atrajo a solo 22.000 personas de un estadio con capacidad para 71.000, dejando amplias zonas vacías. Incluso la presencia de Lionel Messi en el partido posterior en Atlanta no logró llenar completamente el estadio, registrando una concurrencia de 31.783 personas.
La situación también se refleja en los precios de las entradas, con caídas dramáticas en algunos partidos. La FIFA reportó 1.5 millones de boletos vendidos y más de 340.000 asistentes en los primeros ocho partidos, pero la disparidad entre las asistencias es innegable. Miami, por ejemplo, ha presentado mejores resultados con números que sobrepasaron los 55.000 espectadores, alcanzando incluso los 63.587 en el partido entre el Bayern Munich y Boca Juniors, donde la atmósfera fue descrita por Harry Kane como “un ambiente hostil, una experiencia increíble”.
La Copa Mundial de Clubes, con su mezcla de resultados, deja una clara interrogante sobre su capacidad para convertirse en el evento global que la FIFA aspira.