‘Un lugar en silencio’ El sonido es el enemigo

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Nueva York


El sonido, en cualquiera de sus manifestaciones, es una sentencia de muerte segura, esto lo sabe una familia que habita en el bosque, en el que los elementos de la naturaleza funcionan como sus aliados. Todos sus integrantes deben evitar emitir algún ruido, pues si no te escuchan, no te alcanzan. Un lugar en silencio es un thriller que sirve como metáfora de vida, sobre todo para John Krasinski y Emily Blunt, quienes son pareja en la vida real, tienen dos hijas y por primera vez trabajan en un mismo proyecto.


Es algo muy personal, estoy muy conectado a ella porque, aunque suene extraño, pues es una cinta de terror que te vuelve loco, en cierto modo y, probablemente, es una carta de amor para mis hijos, es cómo te sientes en la paternidad con tus hijos, suena loco, pero así es. Además, nunca había tenido tanto trabajo y responsabilidades en una película como en ésta”, comentó Krasinski.


Es una metáfora para la paternidad; cuando llegan a este mundo frágil y peligroso obviamente (esto) se magnifica, pero es genial. Las emociones que uno experimenta como padre son verdaderas. En esta cinta los personajes necesitan perdonar, el uno al otro, a ellos mismos, hay reproches, hay una necesidad de conexión, todas esas dinámicas eran emocionantes para mí”, señaló Blunt.


Además de actuar, Krasinski volvió a la silla de director y sobre cómo lo definiría su esposa como realizador, Blunt destacó que es dinámico, asertivo, colaborativo; te sientes que estás en buenas manos, sientes que te da fuerza, tiene espontaneidad, no replantea mucho, sólo lo hace”.


Al ser la primera vez que Blunt y Krasinski trabajaban juntos en un filme, en cierto modo era una prueba, pues convivirían día y noche.


Estábamos muy nerviosos al respecto, cada uno tenemos nuestro propio proceso, lo raro de ser actor es que tienen la misma actividad, pero no compartes tiempo con la misma gente, nunca compartes la misma locación, no compartes nada más que la idea de lo que haces. Lo que temía es que siendo yo el director ella pensara que no era un buen realizador, que tus ideas no estén bien hubiera sido traumatizante; el hecho de que yo llegara y le dijera: ‘La toma está bien, pero necesito que hagas otra’, a otro director le diría ‘está bien la hago’, pero conmigo se hubiera puesto sensible, pero no fue así, si esto funcionó fue porque tuvimos comunicación, lo hablamos demasiado, discutimos el guión, todos los aspectos, si no le gustaba alguna línea o escena.


También me dijo que no quería que le dijera que era una buena actriz, que ella se ponía en mis manos para sacar las escenas que yo quería, esos aspectos cambiaron lo que hicimos. Diría que esta dinámica ayudó a mi matrimonio”, remarcó Krasinski.

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