Inmigrantes enfrentan crisis legal sin acceso a abogados

La ley migratoria estadounidense no garantiza defensores públicos en procesos civiles, una brecha que organizaciones como GLAHR intentan mitigar. “Antes podíamos intermediar, pero ahora ICE solo habla con el detenido o su abogado contratado”, explica Adelina Nichols, directora de la Alianza Latina de Georgia. Mientras, en estados como Nueva York o California, proyectos estatales cubren costos legales, pero en el sur la ayuda depende de voluntarios:
Entre los datos menos conocidos está el rol de compañías telefónicas y abogados que operan dentro de los centros. “Algunos firmas tienen convenios con las cárceles y cobran tarifas infladas”, advierte Nichols. Mientras, ICE mantiene que “todos los detenidos reciben listas de recursos legales”, aunque activistas insisten en que son insuficientes. Para familias como la de Leopoldo, el reloj sigue corriendo: cada día de espera profundiza su deuda y su incertidumbre.