Kate Winslet, una canciller muy dura

A lo largo de su carrera la actriz ha interpretado a múltiples mujeres fuertes pero tomó nueva fuerza en la piel de Elena Vernham, su nuevo personaje en la miniserie de la plataforma MAX

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Uno de los personajes más emblemáticos de Kate Winslet es y será siempre el de Rose en Titanic porque, sin imaginarlo, fue de los primeros roles femeninos en romper con los estándares establecidos, una niña rica que se rehúsa a formar parte de un matrimonio arreglado y seguir viviendo presa de las reglas de su madre y su prometido.

Un personaje al que le siguieron otros que forjaron su figura empoderada dentro de una industria que ha sido golpeada por la desigualdad.

Han sucedido varios cambios reales sobre la figura de la mujer en la pantalla, porque hemos encontrado más voz y la sociedad ha crecido a la par, en especial con movimientos como el #Metoo. Las mujeres están aprendiendo a usar sus voces de una forma en la que nunca antes jamás lo hicieron, porque tenían mucho miedo

¿Saben por qué? Porque nadie estaba escuchando, pero ahora lo hacen y eso significa que podemos contar nuestras historias y ser nosotras mismas, y también podemos ser imperfectas, tener problemas, ser complicadas, desordenadas, divertidas, vulgares, y antes no solía ser así, nuestros personajes solían ser los de chicas hermosas que viven un romance y, para mí, era extraño”, dijo Winslet durante una mesa virtual, en la que Excélsior formó parte, para promover su nueva miniserie El régimen, disponible el 3 de marzo en la renombrada plataforma Max.

Winslet, originaria de Reading, Reino Unido, ha encontrado fortaleza en su carrera para reponerse a críticas como el body shaming del que fue víctima al tener el reflector en el filme de James Cameron.

Durante su reflexión puso como ejemplo las películas de la era blanco y negro, cuando los diálogos y las acciones del hombre sobre la mujer en absoluto las favorecían, sino que las cosificaban y rebajaban a roles denigrantes.

Pero ahora es fenomenal ver cómo, incluso, ha cambiado la manera en la que los personajes se dirigen a las mujeres. Son tiempos muy interesantes para ser actriz y todavía más para ser directoras jóvenes y entrar a la industria, porque la representación es todavía mejor: hay diversidad, inclusión e igualdad. Estamos experimentando una forma de contar historias muy diferentes. Las narrativas están avanzando a relatos que queremos escuchar y contar como mujeres”, celebró Winslet en la misma plática global.

Así que encarnar a una mujer que encuentra la fuerza de ir tras lo que quiere ha sido una constante en los diferentes roles que Winslet ha transitado a lo largo de su trayectoria, pero ninguno parecido comparado con toda la determinación, poderío y locura detrás de su nuevo personaje en El régimen.

En la miniserie de humor oscuro y drama de Max, interpreta a la canciller autócrata Elena Vernham, quien vive dentro de muros de un régimen autoritario centrouropeo y moderno que comienza a desmoronarse, por lo que buscará tomar el control, moverse de lugar y darse a respetar, sin embargo, influenciada por un soldado inestable, Herbet Zubak (Matthias Schoenaerts), su mano derecha, cuyos consejos la harán enfermarse de poder convirtiéndola en una líder cuya paranoia e inestabilidad pondrán en riesgo su futuro y el de toda la nación,

Nunca había leído a un personaje como éste y tampoco lo había interpretado. Amo la comedia, reírme y ser graciosa, pero no había encontrado el proyecto de ideal que funcionara conmigo, así que cuando leí El régimen no podía creerlo dije: ‘¡Dios mío! ¿Quién es esta mujer?’ Es terrible, pero graciosa, encantadora y vulnerable, al mismo tiempo insegura y malhumorada. Es una cosa tras otra y el hecho de que sea un invento también hizo que pudiera divertirme todavía más”, compartió la británica de 48 años.

De hecho, su personaje totalmente autoritario advierte en sus propias palabras: Cualquiera que se atreva a insultar a mi país o a mí sentirá mi furia”.

La experiencia resultó tan gratificante que, aseguró, veremos más de ella en la televisión.

La diferencia mayor es que entre el cine y la televisión es que con la segunda tienes más historia y tiempo para contar y hacerlo, más personaje para interpretar. Y para ser honesta, hablando específicamente de este show, es mucha más diversión, así que me encantó la experiencia de hacer tele y definitivamente estaré haciendo más proyectos de este tipo”, agregó.

La voz de la perdiciónAl lado de Winslet estuvo Matthias Schoenaerts, su coestelar y fiel confidente, un hombre de guerra de aspecto frío y feroz, con quien inesperadamente surge un romance, creciendo la comedia y locura que marcan el tono de la trama.

Creo que en su relación con él se enfoca tanto en querer creer que él va a cuidarla, que el error que comete es escucharlo de más en términos de lo que él le dice que haga por el país, porque eso ya toma un giro totalmente alejado a cualquier cosa consistente, pues una vez que empieza a tomar ese poder se vuelve arrebatada, cambia todo y termina dañando a todos precisamente porque lo escucha demasiado y pierde el sentido de su propia voz.

Pero es que está completamente enamorada de este tipo y se vuelven un par obsesionados el uno con el otro y eso tiene tintes conmovedores, graciosos y absurdos. Esa fue una de las cosas que más amé de todo el programa, su historia de amor tan retorcida, porque es una totalmente inesperada”, destacó la artista entre risas.

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