Mark Chávez, uno de los médicos involucrados en el caso, se ha declarado culpable de conspirar para distribuir ketamina, un anestésico quirúrgico, a Perry.
Chávez compareció ante un tribunal federal en Los Ángeles, donde firmó un acuerdo con los fiscales para cooperar con la investigación a cambio de una reducción de la pena. El acuerdo implica que Chávez podría enfrentar hasta 10 años de prisión, aunque esto aún no está definido.
El abogado de Chávez, Matthew Binninger, declaró que su cliente se arrepiente profundamente de lo sucedido y que está dispuesto a colaborar con las autoridades para esclarecer los hechos. Sin embargo, Binninger aclaró que Chávez no admitió culpabilidad durante la audiencia, ya que aún no se ha programado una fecha para que lo haga ante otro juez.
La investigación de la muerte de Perry ha revelado que el actor gastó una fortuna en ketamina el mes previo a su fallecimiento. Diversas personas, incluyendo el asistente del actor, un conocido y el propio Chávez, han acordado colaborar con las autoridades para identificar a los responsables de la sobredosis fatal.
Las autoridades están tras la pista de dos individuos en particular: el doctor Salvador Plasencia, quien presuntamente vendió ketamina ilegalmente a Perry un mes antes de su muerte, y Jasveen Sangha, una mujer que, según las autoridades, suministró la sustancia letal. Ambos se han declarado inocentes y están a la espera de juicio, el cual está programado para el miércoles 4 de septiembre.
La investigación sigue en curso, y se espera que el caso arroje más información en los próximos meses. Lo que está claro es que la muerte de Matthew Perry es un caso complejo con múltiples actores involucrados, y que la justicia aún no se ha hecho.