Asesinato de activista conservador profundiza polarización en EE.UU.

Desde el Despacho Oval, Donald Trump lanzó un mensaje de cuatro minutos donde vinculó directamente el crimen con lo que llamó "la retórica incendiaria de la izquierda radical", omitiendo cualquier referencia a ataques previos contra figuras demócratas. El presidente enumeró una serie de episodios violentos —desde el tiroteo contra republicanos en 2017 hasta el reciente intento de asesinato en su contra—, pero ignoró casos clave:
En redes, la reacción fue inmediata. Influencers afines al movimiento MAGA llamaron abiertamente a "responder con contundencia", pese a que las autoridades no han identificado móviles ni sospechosos. Mientras, en el Capitolio, la congresista Nancy Mace acusó sin matices a los demócratas: "Son los responsables de esto".
El fenómeno tiene nombre académico: terrorismo estocástico. "Cuando deshumanizas al oponente sistemáticamente, alguien en la periferia puede actuar", explica James JF Forest, criminólogo de la Universidad de Massachusetts. Los datos son elocuentes: las amenazas a legisladores federales aumentaron de 9,000 en 2023 a 14,000 este año, según el presidente de la Cámara, Mike Johnson.
Lo paradójico es que la violencia no distingue bandos. Un análisis del New York Times revela que las amenazas provienen de:
El asesinato de Kirk expone una realidad incómoda: en la era de las redes sociales, las palabras de los líderes tienen consecuencias tangibles. Y aunque demócratas como Gavin Newsom condenaron el crimen, la escalada retórica parece imposible de detener.