Para los que no lo conocen, el diablito era un personaje que, con un simple botón y una pantalla, se dedicaba a "ayudar" a los humanos a vivir momentos un tanto… accidentales.
El diablito, el pequeño engendro del mismísimo Satanás, se convertía en un maestro de la mala suerte con sus travesuras.
Con solo presionar un botón, podía hacer que la gente se tropezara, se resbalara o tuviera los más desgraciados accidentes.
Y lo mejor de todo, era la forma en que Eugenio Derbez interpretaba al personaje. Su cara de picardía y sus ocurrencias nos hacían reír sin parar.
No podemos negar que El diablito nos enseñó que la risa es el mejor remedio para cualquier mal. Y, sobre todo, que a veces las cosas no salen como esperamos, y que eso, en realidad, es divertidísimo.
El diablito nos dejó un legado de risas y una enseñanza invaluable: no te tomes la vida demasiado en serio, porque lo más probable es que al final te rías de todo.