¿Extraño, no? Pues resulta que en Australia, bajo una política gubernamental poco conocida, cada ciudadano puede solicitar un retrato gratuito de su monarca.
Esta peculiar tradición ha generado un revuelo en un país donde la relación con la monarquía británica se debate con frecuencia. Mientras otros países como Nueva Zelanda o Canadá ofrecen retratos digitales o los envían por correo a un precio, en Australia, la tradición se mantiene viva y hasta los legisladores se encargan de distribuirlos.
El interés por los retratos del Rey Carlos III, especialmente tras la muerte de la Reina Isabel II en 2022, ha incrementado la demanda de estas imágenes. Desde que se publicó la fotografía oficial en julio de 2023, más de 17,000 copias se han distribuido a los legisladores. Aunque no se tienen datos exactos de cuántos ciudadanos han solicitado sus propios retratos, la demanda es palpable, incluso en un país donde la relación con la monarquía británica es cada vez más ambigua.
Lo curioso es que la distribución de estas imágenes ha generado, en algunos casos, la frustración de los legisladores. Tim Watts, ministro de Asuntos Exteriores, describió en 2018 la tarea de satisfacer las solicitudes de retratos como "la parte más tonta de mi trabajo". Sin embargo, a pesar de las risas y las bromas, hay un interés genuino por estas imágenes.
El retrato de Carlos III, un símbolo de la monarquía británica, se ha convertido en un objeto de curiosidad para los australianos. ¿Será un simple recuerdo o un reflejo de la compleja relación que mantiene Australia con la realeza? La respuesta, al parecer, se encuentra en la oficina de tu diputado más cercano.