Estas condiciones han generado un clima de preocupación y han motivado a las autoridades a tomar medidas para mejorar la seguridad y el bienestar de los reclusos y el personal.
La situación ha escalado hasta tal punto que la semana pasada, nueve reclusos fueron acusados por la fiscalía federal en relación con una serie de ataques que tuvieron lugar entre abril y agosto de este año. Las acusaciones detallan graves problemas de seguridad en la prisión, incluyendo dos muertes por apuñalamiento y un caso de un recluso que fue atacado con un picahielos improvisado. Estos incidentes no solo ponen en riesgo la vida de los reclusos, sino que también evidencian la falta de control y seguridad dentro del MDC.
Ante esta situación, el Buró de Prisiones, la Oficina del Inspector General del Departamento de Justicia y otras agencias de aplicación de la ley han iniciado una operación interinstitucional en el MDC. El objetivo de esta acción conjunta es "lograr el objetivo común de mantener un entorno seguro tanto para nuestros empleados como para las personas encarceladas en el MDC Brooklyn", según un comunicado del Buró de Prisiones. Las autoridades han declinado brindar detalles específicos sobre la operación, pero su presencia en la prisión sugiere una investigación exhaustiva para identificar las causas de la violencia y la falta de seguridad en la prisión.
El MDC, ubicado en un área industrial en la costa de Brooklyn, alberga a aproximadamente 1,200 reclusos. Entre ellos se encuentran figuras prominentes como Sean "Diddy" Combs y Sam Bankman-Fried, el fundador de la fallida bolsa de criptomonedas FTX. La prisión ha estado bajo escrutinio por largos años por la constante denuncia de los reclusos sobre la violencia, las condiciones deplorables, la escasez de personal y el contrabando generalizado de drogas y otros artículos prohibidos, a menudo facilitado por los propios empleados. A la vez, los reclusos denuncian frecuentes bloqueos y restricciones para salir de sus celdas para visitas, llamadas, duchas o ejercicio.