La noticia se propagó como la pólvora, conmocionando a la comunidad del modelaje y a todos aquellos que la admiraban por su carisma y profesionalismo.
El Daily Mail reportó que Cooper, quien recientemente se había casado con su esposo Nigel, se encontraba en la isla griega de Kos cuando su salud comenzó a deteriorarse. Fue trasladada de emergencia a Creta, donde permaneció varios días en cuidados intensivos, pero desafortunadamente, su lucha llegó a su fin.
La noticia de su partida, apenas unos meses después de celebrar su boda, ha dejado un profundo pesar entre sus familiares, amigos y colegas. Su agente, Dean Goodman, la describió como una "superestrella genuina", destacando su calidad humana y su compromiso con su profesión.
Cooper, descubierta a la tierna edad de 13 años, rápidamente se convirtió en una figura prominente en el mundo de la moda. Su rostro adornaba las portadas de revistas de renombre como Vogue, y desfiló para diseñadores de la talla de Alexander McQueen, Burberry y Stella McCartney.
A pesar de alcanzar la cima del éxito, Cooper decidió dar un paso al costado para dedicarse a la crianza de su hijo, Sonny. Sin embargo, su legado en la industria de la moda permanece intacto, inspirando a nuevas generaciones de modelos y dejando una huella imborrable en el mundo del diseño.