Con tan solo 53 años, Jois, heredero del linaje de su abuelo, Krishna Pattabhi Jois, el fundador del ashtanga, dejó un vacío en la comunidad yogui.
Su muerte se produjo mientras impartía un seminario en la Universidad de Virginia, donde enseñaba una versión de baja intensidad de ashtanga yoga llamada "serie activa". Tras una excursión con sus alumnos, Jois se sintió fatigado y se desplomó, falleciendo a pesar de los intentos de reanimación cardiopulmonar.
Jois se autodenominaba "Paramaguru", que significa "poseedor del linaje", y era conocido por su dedicación a la práctica del ashtanga. Sus talleres, tanto en India como en el extranjero, atraían a miles de discípulos deseosos de aprender de este maestro. El ashtanga, una tradición que se considera una de las formas más accesibles de ejercicio, se basa en una exigente serie de posturas y movimientos dinámicos. Jois, siguiendo los pasos de su abuelo, contribuyó a popularizar esta práctica en todo el mundo, atrayendo incluso a celebridades como Gwyneth Paltrow y Madonna.
Su legado se extiende más allá de su enseñanza. Jois también se dedicó a preservar la tradición del ashtanga, creando su propio centro de yoga y asegurando la continuidad de este legado. Aunque su partida deja un vacío irremplazable, su influencia en el mundo del yoga es innegable. Su enseñanza continúa inspirando a millones de personas, y su memoria perdurará como la de un maestro que dedicó su vida a compartir su pasión por el yoga.