Un ejemplo de esto es el caso de un narcotraficante colombiano que, después de ser condenado a 20 años de cárcel, logró reducir su sentencia y obtener la libertad.
Se trata de Juan Carlos Ramírez Abadía, alias "El Chupeta", un hombre que fue parte del cártel Norte del Valle en Colombia y que tuvo una relación directa con Joaquín "El Chapo" Guzmán y Héctor "El Güero" Palma durante la década de 1990. "El Chupeta" fue conocido por su habilidad para evadir a las autoridades, incluso llegando a someterse a intervenciones quirúrgicas para modificar su rostro.
Después de ser capturado y extraditado a Estados Unidos, "El Chupeta" fue condenado a 20 años de cárcel por tráfico de drogas, homicidio y lavado de dinero. Sin embargo, en agosto de 2023, llegó a un acuerdo con las autoridades estadounidenses para declarar todo lo que sabía sobre sus nexos con "El Chapo" Guzmán. Esta información resultó crucial para la sentencia de cadena perpetua que se impuso a "El Chapo" Guzmán.
Como resultado de su cooperación, "El Chupeta" se convirtió en un "súper testigo" y obtuvo la libertad bajo una nueva identidad y viviendo en una zona protegida por el gobierno estadounidense a través del programa de testigos protegidos. Según informes, "El Chupeta" ya fue liberado de prisión en octubre del año en curso.
La historia de "El Chupeta" es un ejemplo de cómo la cooperación con la justicia puede ser una forma de obtener una segunda oportunidad, incluso en el mundo del narcotráfico. Aunque su pasado está marcado por la violencia y la ilegalidad, su decisión de declarar en contra de "El Chapo" Guzmán le permitió obtener la libertad y empezar de nuevo.