El foco de la atención se centra en María Fernanda Beltrán, la representante de México en el reciente Miss Universo. Su participación, que la llevó al Top 5, se vio opacada por las declaraciones de Jordi Castell, conductor chileno del programa especial de CHILEVISIÓN.
Castell, durante la transmisión, hizo una insinuación altamente cuestionable sobre la forma en que Beltrán logró su posición en el concurso. Sus palabras, según testigos, fueron: “La Raquel, conductora del programa donde yo trabajo, dijo que era una cuestión muy dudosa cuando ella concursó, anda saber tú si la mexicana se acostó con alguien para...” Un comentario que rápidamente fue considerado machista y denigrante.
La respuesta inmediata de sus compañeros en el panel, mostrando su repudio al comentario, no logró apagar la mecha encendida. Las redes sociales explotaron con críticas y muestras de apoyo a la concursante mexicana. La indignación fue tal que la Organización de Miss Universo intervino directamente.
En un comunicado oficial, la organización anunció acciones legales contra Castell, agradeciendo la colaboración de CHILEVISIÓN. El comunicado resaltó la importancia de mantener la ética y los valores del certamen. Se lee: “El compromiso de CHILEVISIÓN por revaluar las futuras selecciones de invitados subraya su apoyo en la salvaguarda de la ética de la marca Miss Universo…”
El comunicado también destaca la importancia de la selección cuidadosa de los panelistas y el compromiso de CHILEVISIÓN de revisar sus procesos de selección para eventos futuros. La controversia ha dejado en claro la necesidad de un mayor escrutinio en la selección de comentaristas y la importancia de proteger la integridad de los participantes en eventos de esta magnitud.
Como resultado de la controversia, Jordi Castell fue despedido de CHILEVISIÓN. El impacto de este incidente ha generado un debate sobre la responsabilidad de los medios y la importancia de promover un discurso respetuoso en la televisión.