En medio de la vorágine de noticias, Blake Lively, la icónica Gossip Girl, ha presentado una demanda por acoso sexual contra Justin Baldoni, su compañero en la película "It Ends With Us". La actriz alega que Baldoni, durante el rodaje, la sometió a una serie de comportamientos inapropiados, incluyendo la presunta exhibición de contenido explícito y comentarios denigrantes sobre su físico. Lively asegura que "Baldoni utilizó tácticas de manipulación social para dañar mi reputación", y que incluso contrató a un gestor de crisis para controlar el relato público sobre sus presuntos desacuerdos durante la producción.
Este acontecimiento ha resonado con fuerza en la industria, especialmente considerando el contexto actual. No es un secreto que la reputación en Hollywood puede ser tan frágil como un castillo de naipes. Pero más allá de la controversia, surge una conexión inesperada: Amber Heard, quien ha vivido de cerca las consecuencias del escrutinio público y la guerra mediática, ha emitido una declaración en apoyo a Lively.
Heard, quien recientemente espera su segundo hijo y reside en España con su pequeña hija, compartió con NBC News su perspectiva sobre la situación. “Las redes sociales son la personificación del dicho ‘Una mentira viaja la mitad del mundo mientras la verdad se está poniendo los zapatos’”, escribió la actriz, añadiendo que “esto es tan terrible como destructivo”. Su experiencia personal con la difamación, tras su mediático juicio con Johnny Depp, le confiere una singular perspectiva a sus palabras.
Detalles adicionales revelan que tanto Depp como Baldoni compartieron al mismo gestor de crisis. Heard fue sometida a una intensa campaña de desprestigio en redes sociales durante su juicio. Ahora, observa paralelos inquietantes entre su situación y la que enfrenta Lively. El hecho de que Ryan Reynolds, esposo de Lively, haya estado presente en una reunión donde se discutieron las acusaciones contra Baldoni, añade otra capa de complejidad a esta trama.
Baldoni, por su parte, ha negado categóricamente las acusaciones de Lively, calificándolas de "vergonzosas" y "categóricamente falsas". La agencia que lo representaba ha decidido cortar lazos con él tras la denuncia. Mientras tanto, el caso promete una batalla legal compleja que seguramente mantendrá cautiva la atención del público.
La demanda de Lively abre una ventana a las presiones y desafíos que enfrentan las mujeres en la industria del entretenimiento, especialmente cuando se trata de denunciar conductas inapropiadas en un contexto de poder desequilibrado. Mientras esperamos el desenlace, la historia nos deja con interrogantes sobre la ética, el poder de las redes sociales y la búsqueda de justicia en un mundo tan expuesto.