Hablamos de Julia Fox, la actriz y modelo italoamericana conocida por su estilo audaz y su biografía tan fascinante como compleja. Su reciente aparición en la Gala del NGV no fue un simple despliegue de glamour; fue una declaración artística en sí misma, precedida por una participación aún más llamativa.
Fox protagonizó una sesión fotográfica para la exposición Flower Obsession de la reconocida artista japonesa Yayoi Kusama, de 95 años. En el material difundido a través de Instagram, se ve a Fox recreando la icónica escena onírica de American Beauty, con Mena Suvari como musa. El resultado: una imagen casi completamente desnuda, adornada solo con estratégicamente colocadas flores, un "catsuit floral traslúcido", según la descripción de la propia Julia.
El diseño, obra de la marca de Melbourne Wackie Ju con la asistencia de Jonty Knight, dejó atónitos a los seguidores de Fox. "Mother continúa siendo Mother™️", escribió un admirador en redes sociales, reflejando la admiración hacia la osadía de la artista.
La misma Mena Suvari, la actriz que interpretó a Angela en American Beauty, expresó su asombro y agradecimiento a través de un comentario en redes sociales: "Esto es increíblemente hermoso y maravilloso. Ver cómo esta película sigue inspirando... Gracias por pensar en mí y por todo el amor y apoyo. Significa todo".
Más allá del revuelo generado por esta performance, la presencia de Julia en Melbourne fue una oportunidad para conocer más detalles de su vida. En la Gala del NGV lució un impresionante vestido de malla plateada de Catholic Guilt, confesando su amor por la ciudad y su gastronomía, hasta el punto de tener que ajustar el vestido tras una degustación de la cocina local. Incluso comentó sobre sus impresiones sobre el sistema de salud australiano: "La gente es asombrosa y la atención médica gratuita... muchas cosas que no tenemos en casa, tristemente".
Su reciente libro de memorias, Down The Drain, ofrece un vistazo a su tumultuosa juventud, marcada por experiencias que incluyen la adicción a las drogas, arrestos, relaciones abusivas y la lucha por alcanzar sus sueños. A pesar de su fama, Fox mantiene una perspectiva clara: "La palabra celebridad me da asco. No me identifico con eso. Soy una artista que casualmente se hizo famosa".
Su aparición en la exposición de Kusama, lejos de ser una simple estrategia publicitaria, se presenta como una expresión artística más en la compleja trayectoria de una figura que continúa redefiniendo los límites del arte, la moda y la fama.