Hablamos de Harris Dickinson, un nombre que se ha ido consolidando en la industria cinematográfica con una velocidad sorprendente. En solo siete años, este actor británico ha pasado de explorar los conflictos internos de un adolescente en Beach Rats a encarnar personajes complejos en producciones de gran calibre.
Su trayectoria incluye participaciones en películas aclamadas como The Triangle of Sadness (ganadora de la Palma de Oro en Cannes) y The Iron Claw. Su versatilidad le ha permitido transitar entre dramas independientes, comedias negras y thrillers, demostrando una capacidad de adaptación envidiable.
Pero es su papel en Babygirl, la nueva película de Halina Reijn, el que ha acaparado la atención. En ella, Dickinson comparte pantalla con la icónica Nicole Kidman, interpretando a Samuel, un interno cuya relación con la poderosa CEO Romy (Kidman) se convierte en una compleja danza de poder, deseo y tensión.
"Pensé que debía saludarla, ya que íbamos a trabajar juntos", recuerda Dickinson sobre su primer encuentro con Kidman en la Met Gala, un encuentro facilitado por Margaret Qualley. Esa conexión inicial se tradujo en una sólida dinámica profesional durante el rodaje, marcada por la disposición de Kidman a experimentar y la capacidad del actor para entregarse por completo a su personaje.
El rodaje no estuvo exento de anécdotas divertidas. Dickinson recuerda una escena en Manhattan donde Kidman, tirada en el asfalto con un perro saltando sobre ella, captó la atención de los transeúntes. También destaca la improvisada escena de baile con la canción "Father Figure" de George Michael: "Fue incómodo hacerlo frente al equipo técnico, pero parte del proceso", admite.
Para Dickinson, la clave de su éxito radica en la confianza que construye con los directores. "Cuando trabajas con personas como Halina o Nicole, que no temen probar cosas nuevas, sientes que tienes permiso para arriesgarte también", afirma. Esta filosofía, forjada a partir de sus inicios como asistente en sets, se refleja en su ética profesional y en su capacidad para adaptarse a cualquier reto.
Más allá de las cámaras, Dickinson se describe como una persona sencilla, con un gusto por la cocina y una visión creativa de su imagen pública, colaborando estrechamente con su estilista, Ben Schofield, para sus apariciones en alfombras rojas.
El estreno de Babygirl ha generado reacciones diversas, desde la preocupación inicial de su madre y hermana por la naturaleza provocativa de la película, hasta la entusiasta respuesta del público, abarcando diversas opiniones y perspectivas sobre la sexualidad y las relaciones de poder presentadas.
A sus 28 años, Harris Dickinson continúa forjando un camino sólido en la industria cinematográfica, demostrando una madurez interpretativa notable y una versatilidad que augura un futuro brillante en el mundo del cine.