Imaginen un escenario donde un dolor en el pecho, inicialmente atribuido a una larga recuperación de COVID-19, se convierte en una lucha por la supervivencia.
Martin Roberts, el conocido presentador de Homes Under the Hammer, a sus 61 años, enfrentó precisamente esa situación. Lo que comenzó como molestias –"Pensé que era algo relacionado con mi pecho, con mi asma. El peligroso juego de ser tu propio doctor," confesó Roberts– se intensificó rápidamente.
El diagnóstico llegó como un golpe: derrame pericárdico. Una acumulación de líquido alrededor del corazón, comprimiendo este órgano vital y amenazando con un desenlace fatal. "Tenía dos o tres horas de vida," recuerda con escalofríos. La cirugía fue inmediata, una carrera contra el tiempo que le permitió ver la muerte de cerca: "Veía cómo extraían ese líquido oscuro, casi negro... era como ver la muerte misma."
Las secuelas, tanto físicas como emocionales, son palpables. El miedo persiste, materializado en dolores en el pecho que le provocan ataques de pánico. Sin embargo, la cercanía con la muerte no lo ha paralizado. Al contrario, ha redefinido sus prioridades.
En lugar de reducir el ritmo, como le recomendaron los médicos, Roberts ha emprendido un ambicioso proyecto: la reconstrucción de un pub en Gales, involucrando a jóvenes en situación de vulnerabilidad. "No sé cuánto tiempo me queda, así que quiero hacer el máximo bien posible. No se trata de dinero, sino de marcar la diferencia," afirma con convicción. Este nuevo camino lo ha llevado incluso a participar en The Big Celebrity Detox de E4, donde experimentó con terapias alternativas, incluyendo –quizá la más llamativa– beber su propia orina.
La acumulación de líquido pericárdico, además de los síntomas ya mencionados, puede causar mareos, inflamación abdominal o en las piernas. Si bien en muchos casos se trata con medicamentos, casos graves, como el de Roberts, requieren cirugía para drenar el exceso de líquido. La rapidez de la intervención quirúrgica fue, sin lugar a dudas, fundamental para su supervivencia. Su historia, sin embargo, va mucho más allá de un simple susto; es un testimonio de resiliencia y una llamada a la acción, no expresada, pero latente.