Se trata de Avicii, nombre artístico de Tim Bergling, un pionero sueco de la música dance que, a sus 28 años, dejó una huella imborrable en la industria antes de su trágica muerte en 2018 en Omán. Su deceso, por suicidio, conmocionó al mundo, dejando un vacío que aún hoy muchos sienten.
Los dos filmes, "Im Tim" y "My Last Show", ofrecen perspectivas complementarias. El primero, un documental íntimo, explora los desafíos personales de Avicii a través de entrevistas y material inédito. Se muestra al artista, con su propia voz, relatando su lucha contra la ansiedad y la presión incesante de una agenda agotadora. "Me estaba matando a mí mismo con las giras constantes", confiesa en un momento desgarrador.
Mientras tanto, "My Last Show" registra la última presentación del DJ en el Ushuaïa Beach Hotel de Ibiza, una noche electrizante que contrasta con la introspección de "Im Tim". La yuxtaposición de ambos documentales crea una experiencia conmovedora y multifacética.
Las reacciones en redes sociales no se hicieron esperar. Comentarios como "El documental de Avicii en Netflix me está haciendo llorar" o "Nunca había sentido tanta tristeza desde el álbum póstumo y las noticias en 2018" reflejan el impacto profundo que ha tenido la obra en sus seguidores. Muchos destacan la colaboración de artistas como Aloe Blacc, quien reveló que la canción SOS, del álbum póstumo Tim, era un grito silencioso de auxilio: "Fue una advertencia que escuchamos demasiado tarde".
El documental también incluye testimonios de Nile Rodgers y Chris Martin de Coldplay, quienes reflexionan sobre el desgaste físico y mental que sufrió Avicii durante sus más de 800 conciertos en seis años, a veces presentándose en dos ciudades en una misma noche. Su pausa en las giras en 2016, a la edad de 26 años, lo llevó a un periodo de relativa felicidad, experimentando con la meditación trascendental, pero sus demonios internos persistían, hasta el trágico desenlace.
Un dato escalofriante: un compañero de viaje en Omán contactó al padre de Avicii el día anterior a su muerte, expresando su preocupación por el estado del artista, quien se encontraba llorando, sin hablar, sin comer y sentado bajo el sol abrasador. Uno de sus últimos mensajes a sus amigos decía: "El desprendimiento del alma es el último apego, antes de que se reinicie!"
La familia de Avicii describió en una carta pública posterior a su muerte a un artista perfeccionista, cuyo anhelo por la paz lo llevó a tomar una decisión irreversible.