Hablamos de Bill Skarsgård, un nombre que resuena con fuerza en la industria, un actor sueco, nacido el 9 de agosto de 1990 en Estocolmo, hijo del reconocido actor Stellan Skarsgård y parte de una familia con una larga trayectoria en el mundo del espectáculo. Tres de sus hermanos, Alexander, Gustaf y Valter, también son actores.
Su ascenso a la fama no fue fortuito. Tras destacar en la serie de Netflix, Hemlock Grove (2013), donde interpretó a Roman Godfrey, su papel como Pennywise en las adaptaciones de It (2017) y It: Chapter Two (2019), basadas en la obra maestra de Stephen King, lo catapultó a la escena internacional. La intensidad de su interpretación del payaso bailarín lo convirtió en un ícono del terror moderno. Próximamente, en 2025, Skarsgård volverá a encarnar a Pennywise en It: Welcome to Derry, una precuela que promete desentrañar los orígenes de esta aterradora criatura.
Pero su versatilidad no se limita al género de terror. Skarsgård ha participado en producciones de Hollywood como The Divergent Series: Allegiant (2016) y John Wick: Chapter 4 (2023), demostrando su capacidad para desenvolverse en diferentes géneros. Incluso ha incursionado en el cine gótico con su participación en The Crow (2024).
Sin embargo, su interpretación más reciente y comentada es la del Conde Orlok en la nueva versión de Nosferatu (2024), dirigida por Robert Eggers. Esta no es solo una actuación, sino una transformación. Skarsgård describe el proceso como “conjurar el mal puro”, revelando que el trabajo con prótesis, la modificación de su voz (bajándola una octava con la ayuda de un profesor de ópera) y el aislamiento durante el rodaje en los Barrandov Studios de Praga (febrero-mayo 2023), le permitieron alcanzar un nivel de inmersión sin precedentes.
Su vida personal también se encuentra alejada de los reflectores. Desde 2015 mantiene una relación con la actriz Alida Morberg, con quien tiene tres hijos. Entre sus reconocimientos, se encuentran una nominación al Premio Guldbagge (2011) y el Premio Shooting Stars de la Academia de Cine Europeo (2012).
El legado de Skarsgård en el cine de terror, y en el cine en general, recién comienza a escribirse. Su capacidad de metamorfosis y la intensidad de sus interpretaciones lo posicionan como una figura clave para entender la evolución del género de terror en el siglo XXI.