El tema "PIToRRO DE COCO", por ejemplo, ha tenido un desempeño inferior a lo esperado en las listas de popularidad, ubicándose en el puesto 146. Este dato, junto con la rápida bajada en las reproducciones, ha encendido la mecha de la polémica.
En México, el corazón del debate: Varios usuarios en redes sociales apuntan a un posible declive en la popularidad de Bad Bunny, vinculándolo con el auge imparable del regional mexicano. Comentarios como “Los mexicanos lo soltaron y su carrera jamás volvió a ser la misma. Los corridos llegaron a salvarnos supongo” reflejan esta percepción. Otros usuarios enfatizan la pérdida de la base mexicana de fans como factor clave en esta supuesta baja.
No todos coinciden con esta apreciación. Algunos defienden a Bad Bunny, argumentando que “Como si a Bad Bunny le interesara la gente que lo deje de escuchar, él puede vivir sin sacar música, él ya tiene su vida resuelta, no como otros que critican y no hacen nada para mejorar su propia vida”. Esta postura resalta la ya establecida carrera del artista y minimiza el impacto de las críticas.
El álbum incluye colaboraciones con artistas como Omar Courtz, Rainao, Chuwi y los Pleneros de la Cresta. A pesar de esto, la promoción del disco, con una estrategia innovadora que incluyó la revelación de los títulos de las canciones a través de coordenadas en Google Maps que conducían a murales en Puerto Rico, no parece haber generado el impacto esperado en todos los sectores de su público.
Más allá del debate, el éxito rotundo del regional mexicano es innegable. Artistas como Peso Pluma y Natanael Cano han conquistado las listas de popularidad, tanto en México como internacionalmente. Este fenómeno ha llevado a algunos a cuestionar si este género está desplazando a otros, como el reguetón.
La estrategia de promoción, aunque original, con la revelación de títulos de canciones mediante coordenadas en Google Maps que llevaban a murales en Puerto Rico, no logró calmar la ola de opiniones contrastantes. Comentarios irónicos como “El mundo está sanando”, reflejan la diversidad de reacciones ante el nuevo trabajo del artista.
Mientras la discusión sobre el futuro de Bad Bunny continúa, un hecho permanece claro: el panorama musical está en constante evolución, y las preferencias del público, especialmente en un mercado tan dinámico como el mexicano, son cambiantes y difíciles de predecir.