El centro de la discusión: Adriana Paz, la única actriz mexicana del elenco de Emilia Pérez. Su notable ausencia en la mesa principal junto al resto del reparto durante la ceremonia del pasado domingo 5 de enero ha generado una ola de indignación entre los usuarios mexicanos de redes sociales como X (antes Twitter).
Si bien Paz subió al escenario junto a Karla Sofía Gascón, Selena Gomez y Zoe Saldaña para celebrar la victoria de la película, su ubicación separada durante la ceremonia ha sido interpretada por muchos como un acto de discriminación. Algunos comentarios en X reflejan esta percepción: “Adriana Paz, la única actriz mexicana de Emilia Pérez, sin asiento en la mesa del elenco en los Golden Globes. Esta película se esmera cada día en mostrar su racismo sin fallar.”
Las críticas van más allá de la simple ubicación en la ceremonia. Se cuestiona la poca participación de Paz en la promoción previa a los Globos de Oro, un hecho que, según algunos, pone de manifiesto una problemática mayor: la marginalización de la única actriz mexicana en una película que narra una historia mexicana.
Esta situación ha generado un debate en torno a la apropiación cultural y el racismo sistémico en la industria cinematográfica. Mientras algunos celebran el éxito de Emilia Pérez y el deslumbrante look de Adriana Paz en la alfombra roja – un vestido de un diseñador mexicano – , otros señalan la contradicción entre este aparente triunfo y la evidente falta de inclusión mostrada durante la propia ceremonia.
La controversia plantea interrogantes sobre la verdadera naturaleza de la representación en Hollywood y la necesidad de una mayor conciencia y compromiso con la inclusión de talento diverso detrás y delante de las cámaras. La experiencia de Adriana Paz en los Globos de Oro 2025 sirve como un caso de estudio, dejando una incómoda pregunta en el aire: ¿es suficiente con el éxito de la película o se debe exigir una verdadera representación equitativa?