Todo comenzó cuando la canción "El Mal", de la película "Emilia Pérez", se alzó con el premio a Mejor Canción Original. Camille Dalmais y Clément Ducol, los compositores, subieron al escenario para recibir el galardón. Pero entonces, algo inesperado ocurrió.
Zoe Saldaña, ganadora de un Globo de Oro por Mejor Actriz de Reparto por su papel en la misma película, irrumpió en escena. No se trató de una aparición planeada, sino de un impulso espontáneo que rápidamente se convirtió en un momento incómodo. Mientras Jeff Goldblum y Michelle Yeoh, los presentadores, intentaban entregar el premio a los compositores, Saldaña se acercó y tomó el trofeo, para luego entregárselo a Dalmais y Ducol.
La reacción de Goldblum fue inmediata: con una mezcla de sorpresa y torpeza, le arrebató el premio a Saldaña y se lo entregó a los autores de la canción. Este intercambio, lejos de pasar desapercibido, se viralizó rápidamente.
En redes sociales, las opiniones fueron divididas. Algunos usuarios criticaron a Saldaña por su comportamiento, calificándolo de “incómodo e irrespetuoso”. Otros, más comprensivos, atribuyeron la acción a la emoción del momento. Entre las publicaciones de X (antes Twitter), se leía: "Zoe Saldaña, te felicitamos, pero ¡fuera del escenario!” o “Fue tan raro, quería ser la estrella de ese momento”.
Más tarde, en una entrevista con Extra, Saldaña explicó lo ocurrido: “Subí al escenario sin querer. Me dijeron que no debía hacerlo, incluso esta mañana tuve una conversación con mi equipo de relaciones públicas. Pero sucedió. Había champán en la mesa…”
Según su relato, el director Jacques Audiard le había pedido que no subiera al escenario, mientras que su coprotagonista Selena Gomez la animó a hacerlo. Incluso, mencionó la disparidad de opiniones entre los presentes: "Michelle Yeoh me decía 'Ven', mientras mi hermana y Ted Sarandos me decían 'No te levantes'." La actriz finalizó describiendo la mirada incrédula de Camille Dalmais durante su discurso.
Este incidente, si bien generó controversia, dejó en evidencia la complejidad de los eventos en vivo, donde la presión, la emoción y el champán pueden resultar en momentos inesperados y, a veces, algo torpes.