La nueva película Better Man, ya en cartelera, se centra en la vida de Robbie Williams, pero no de la manera que esperarías. En lugar de un actor humano, Williams es interpretado por un chimpancé generado por computadora. Sí, leíste bien. Una decisión, según el propio Williams, inspirada en su propia percepción de sentirse "menos evolucionado que otras personas".
La película, dirigida por Michael Gracey (The Greatest Showman), sigue la trayectoria de Robbie desde sus inicios como un niño que cantaba My Way de Frank Sinatra con su padre, Peter (interpretado por Steve Pemberton), hasta su meteórica carrera con Take That y su posterior éxito en solitario. Se exploran momentos cruciales, incluyendo su adicción a la cocaína, su relación con su manager Nigel Martin Smith (Damon Herriman), su compañero de banda Gary Barlow (Jake Simmance) y su romance con la cantante Nicole Appleton (Raechelle Banno).
La narrativa se enriquece con la actuación en captura de movimiento de Jonno Davies, quien da vida al simio Robbie, mientras que la voz y las canciones son las del propio Williams. El director Gracey no teme experimentar, presentando escenas musicales surrealistas y visualmente impactantes.
Imagine a Robbie volando boca abajo en un concierto abarrotado, saltando de un autobús de dos pisos en la famosa Regent Street de Londres, o cantando Come Undone bajo el agua. Estos momentos, junto con la representación de su legendaria pelea con Liam Gallagher de Oasis (un evento real), y la extravagante escena de Rock DJ, crean una experiencia cinematográfica única e inolvidable. La película culmina con un concierto en el Royal Albert Hall en 2003, donde el chimpancé Robbie y su yo humano parecen llegar a una especie de tregua.
Better Man no se limita a narrar la vida de Williams, sino que la reimagina, fusionando elementos de fantasía y realidad para ofrecer una perspectiva refrescante y audaz sobre la vida de un ícono pop. La película abarca solo una parte de la vida de Williams, dejando la puerta abierta a posibles secuelas que explorarían aún más las dos décadas restantes de su tumultuosa vida.