Su legado, sin embargo, perdura y resonará por mucho tiempo.
Nos referimos a Alejandra Darín, no solo una destacada actriz con una trayectoria de más de cinco décadas en cine, teatro y televisión, sino también la presidenta de la Asociación Argentina de Actores y Actrices desde 2011. Su fallecimiento a los 62 años, según informó la misma asociación este miércoles, ha conmovido profundamente a la comunidad artística.
Afiliada a la asociación desde 1973, Alejandra no solo actuó en más de 50 producciones televisivas, incluyendo títulos tan conocidos como "Dulce Ana," "Rincón de Luz," y "La Leona," sino que también dejó una huella imborrable en el cine con películas como "Samy y yo" y "Ni Dios, ni patrón, ni marido." Su presencia en el teatro fue igualmente significativa, con participaciones en obras como "Crimen y Castigo" y "El Evangelio de Evita."
La Asociación Argentina de Actores y Actrices, en su comunicado, resaltó su incansable lucha por los derechos de los artistas y su profunda sensibilidad social. Se destacó su "compromiso inquebrantable y su entereza frente a cada adversidad," describiéndola como un "ejemplo de entrega, compañerismo, y amor" para la profesión.
Más allá de su brillante carrera artística, la Asociación enfatizó el rol crucial de Alejandra en la defensa de los valores del gremio, incluso en los momentos más complejos. Su legado, aseguran, "nos inspira y nos fortalece para seguir construyendo un futuro de derechos, paz y dignidad, con memoria."
Alejandra Darín, nacida el 19 de junio de 1962, deja atrás dos hijos, Antonia y Fausto. Su partida representa una pérdida irreparable, pero su influencia en la cultura argentina perdurará en cada actuación, cada lucha por la justicia, cada gesto de solidaridad que inspiró.