La semana pasada, la voracidad del incendio de Palisades dejó una estela de destrucción. Las llamas, implacables, llegaron incluso a las faldas del Teatro Dolby, hogar de los Premios de la Academia. Para muchos, este evento ha eclipsado por completo las fiestas pre-Oscar, esos eventos fastuosos que usualmente monopolizan la atención mediática en estas fechas. "Con el debido respeto durante la temporada de celebraciones de Hollywood, espero que cualquiera de las cadenas que televisen los próximos premios consideren seriamente NO televisarlos y donar los ingresos que habrían recaudado a las víctimas de los incendios y a los bomberos", escribió en Instagram la aclamada actriz Jean Smart.
El impacto sobre la industria cinematográfica es innegable. La Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas, el corazón mismo de la industria, se ha visto profundamente afectada. Según The Hollywood Reporter, cuatro miembros de su junta directiva perdieron sus hogares en el incendio, entre ellos figuras destacadas como la productora Lynette Howell Taylor.
La incertidumbre se respira en cada rincón. El anuncio de las nominaciones al Oscar se retrasó por segunda vez. Los eventos previos a la gala, incluyendo el almuerzo anual de nominados, han sido cancelados. La propia ceremonia, aunque se mantiene en su fecha original, se perfila como un evento significativamente transformado. Se espera que la pompa y el glamour habituales de la alfombra roja sean notablemente reducidos, si no totalmente ausentes.
Otros eventos importantes de la temporada de premios también han sufrido alteraciones. Los Critics Choice Awards se pospusieron, las nominaciones a los Producers Guild Awards se retrasaron, y hasta los Grammy, previstos para el 2 de febrero, se realizarán con ajustes significativos, con un claro enfoque en la recaudación de fondos para ayudar a los damnificados.
La situación ha movilizado la solidaridad de la industria. Se han creado fondos de apoyo para productores y otros trabajadores afectados. La actriz Natalie Morales, por ejemplo, ha propuesto la idea de convertir estudios de cine desocupados en aulas temporales para niños cuyas escuelas fueron destruidas, un proyecto liderado por artesanos desempleados de la industria.
Más allá de las cifras de pérdidas materiales y humanas, la situación resalta la fragilidad del ecosistema cinematográfico, particularmente en un momento en que el trabajo en la industria aún no se recupera de las huelgas de 2023. Esta crisis, como la describe la maquilladora ganadora de un Emmy Silvina Knight, representa "otro revés, uno grande" para una industria que lucha por encontrar un nuevo equilibrio.
Mientras la ciudad se reconstruye, el Dolby Theatre se prepara para ser el epicentro de la atención mundial, un escenario donde la resiliencia y la esperanza buscarán hacerse presentes. La pregunta que persiste en el aire: ¿Cómo se verá reflejada esta nueva realidad en la 95ª entrega de los premios Oscar?