DeHaan, conocido por sus papeles complejos y desafiantes, encarna a Jacob Pratt, un mormón que emprende un viaje al oeste junto a su familia. Su travesía, sin embargo, se ve truncada brutalmente por la Masacre de Mountain Meadows, un evento histórico que marca un antes y un después en su vida y en la narrativa de la serie.
Describiendo el proceso de filmación, DeHaan confiesa: “Es difícil expresar con palabras la intensidad de esta serie”. La frase, aparentemente sencilla, esconde la magnitud del reto que implicó la producción. No se trata solo de interpretar un papel; se trata de sumergirse en un contexto histórico brutal, de recrear la crudeza de la vida en la frontera americana del siglo XIX.
Para el actor, la serie es algo más que un western tradicional: “American Primeval es como si tomaras Yellowstone, lo rociaras con gasolina y le prendieras fuego”. Esta metáfora nos da una idea de la potencia visual y emocional que promete la producción. La intensidad de la violencia, el aislamiento del entorno y la tensión constante que rodea a los personajes hacen de American Primeval una propuesta única e impactante dentro del catálogo de Netflix.
Más allá de la espectacularidad, la serie promete una exploración profunda de la condición humana en un contexto extremo, retratando las complejidades morales y las consecuencias devastadoras de la violencia y el fanatismo. La experiencia de DeHaan, plasmada en su interpretación, promete un viaje fascinante y perturbador para el espectador.
Detalles como la meticulosa recreación de vestuario y escenarios, el trabajo de los especialistas para lograr secuencias realistas, y la banda sonora que acompaña la historia, se unen para entregar una narrativa inmersiva que trasciende la simple recreación histórica.