Benito Antonio Martínez Ocasio, conocido mundialmente como Bad Bunny, ha lanzado su nuevo álbum, Debí Tirar Más Fotos, un proyecto que va más allá de una simple colección de canciones. Se trata de una introspección, una búsqueda de identidad y un homenaje a sus orígenes puertorriqueños.
Para el artista, cada álbum es un capítulo nuevo en su vida, un reflejo de un momento específico. En sus propias palabras: “Las fotos capturan historia. Recuerdo que antes las fotos eran especiales; se tomaban dos o tres y las guardabas para algo importante. Ahora pienso, ‘Demonios, ojalá tuviera una foto de esto’”. Este álbum, pues, se convierte en un álbum de recuerdos, una mirada nostálgica al pasado.
El sonido de Debí Tirar Más Fotos es un viaje a través de los ritmos que marcaron su infancia: salsa, bomba y otros sonidos caribeños. No se trata de superar el éxito de Un Verano Sin Ti, sino de crear algo completamente nuevo. “No intento superar el álbum Un Verano Sin Ti; intento crear algo nuevo”, afirma el artista, destacando su compromiso con la innovación y la autenticidad.
La salsa, un género fundamental en su herencia cultural, tiene un lugar privilegiado en este disco, especialmente con la canción “Baile Inolvidable”, la primera salsa que compuso, una pieza que describe como algo que "lleva tiempo en mi cabeza".
Más allá de la música, Bad Bunny muestra una vulnerabilidad en sus letras que conecta con la audiencia. “A veces la gente se confunde: creen que una canción es para alguien cuando, en realidad, fue inspirada por alguien. No es lo mismo”, reflexiona sobre el proceso creativo y la interpretación de sus canciones.
El artista admite la presión de la fama y el análisis minucioso al que son sometidas sus letras: “Sé que cada canción que hable de desamor será analizada palabra por palabra. Pero eso no me molesta, porque entiendo que es parte del proceso”. La honestidad, la nostalgia y la búsqueda de nuevas expresiones musicales son pilares de este nuevo trabajo.
Debí Tirar Más Fotos no es solo un álbum; es un testimonio de la evolución artística de Bad Bunny, un viaje introspectivo que resalta la importancia de sus raíces y la búsqueda constante de nuevos sonidos. El álbum, en esencia, es un reflejo de un artista en constante crecimiento, explorando su identidad y compartiendo su historia con el mundo.