Recientemente, se conoció una anécdota del actor Josh Gad, famoso por su papel como la voz de Olaf en Frozen. Su relato, extraído de sus memorias In Gad We Trust, revela una audición para un proyecto que cambió la historia del cine: Avatar.
Gad, en plena época de éxito en Broadway con The 25th Annual Putnam County Spelling Bee, buscaba expandir su horizonte. “Una de las primeras cosas” para las que se presentó, según sus propias palabras, “fue una nueva película de James Cameron llamada ‘Avatar’”.
Sin embargo, el resultado no fue el esperado. A pesar de que James Cameron quedó impresionado con su audición, la decisión final fue negativa. La razón? Su apariencia digitalizada. Según Gad, “aparentemente no obtuve [el papel] porque… cuando me convirtieron en un avatar digital supuestamente parecía un pitufo alto y con sobrepeso”.
Se especula que el papel del mejor amigo de Jake Sully, un traductor Na'vi, finalmente recayó en Joel David Moore. Una decisión basada en la apariencia digital del personaje y la imagen que Cameron deseaba para la película, que, como todos sabemos, se convirtió en un fenómeno global.
Este hecho, lejos de ser un fracaso para Gad, se convierte en una anécdota que ilustra la complejidad del proceso de casting en producciones de gran envergadura. La decisión de Cameron, basada en la visualización del personaje en el contexto de la película, demuestra la importancia de la imagen digital y la cohesión visual en la creación de mundos cinematográficos complejos como el de Pandora.
Mientras tanto, el universo de Avatar continúa expandiéndose. La tercera entrega, Avatar: Fire and Ash, está programada para el 19 de diciembre de 2025, prometiendo una ruptura con las entregas anteriores, según las palabras de Cameron: “Si no tomamos decisiones valientes, estamos desperdiciando el tiempo y el dinero de todos”. Cameron incluso adelantó que ya se están filmando escenas para la cuarta película, mostrando una ambiciosa planificación de la franquicia.
La historia de Josh Gad nos recuerda que incluso los rechazos pueden ser parte de una narrativa exitosa, una lección que resuena particularmente en el ámbito artístico, donde la perseverancia y la adaptación son claves para el éxito.