Su obra, un crisol de personajes complejos y situaciones inesperadas, aún resuena en la memoria colectiva de varias generaciones. Hablamos de un director que supo capturar la esencia del ser humano, con todas sus luces y sombras.
Este martes, a la edad de 85 años, se confirmó el fallecimiento de Bertrand Blier, un nombre que se asocia inevitablemente con el cine francés de los años 70 y 80. Su nombre, ligado a un Oscar ganado en 1979 por Préparez vos mouchoirs (conocida en España como "¿Quiere ser el amante de mi mujer?"), se une ahora a la leyenda. Nacido en Boulogne-Billancourt, el 14 de marzo de 1939, Blier no solo heredó el talento actoral de su padre, Bernard Blier, sino que lo trascendió, forjando una carrera propia e inconfundible.
Su trayectoria, iniciada con el documental Hitler, connais pas en 1963, se extendió por décadas, dejando tras de sí un repertorio memorable. Películas como Valseuses ("Los rompepelotas", 1974), Buffet froid (1979), y Tenue de soirée ("Traje de etiqueta", 1986), se convirtieron en clásicos instantáneos, reflejo de su estilo único.
La colaboración con Gérard Depardieu, en ocho ocasiones, marcó un hito en la historia del cine francés. Ambos nombres, unidos por una fructífera alianza creativa, dejaron una huella imborrable en la pantalla grande. Un dato interesante: Blier supo plasmar en sus películas, con audacia y sin tapujos, la complejidad moral de sus personajes, dejando al público reflexionar sobre la naturaleza humana.
Más allá del reconocimiento internacional y los premios, la verdadera esencia del trabajo de Bertrand Blier reside en su capacidad para desafiar convencionalismos, explorar los rincones más oscuros del humor y presentar una visión irónica, pero profundamente humana, del mundo que le rodeaba. Su legado trasciende las salas de cine; se encuentra en las conversaciones, las reflexiones y la admiración que sus obras generan hasta el día de hoy.
Su obra, un conjunto de películas que exploran temas como la infidelidad, la amistad, y las relaciones humanas con un humor negro e inteligente, permanecerá como testimonio de su genio y su visión irreverente del cine.