Graham Fellows, a sus 65 años, celebra cuatro décadas en escena junto a su icónico alter ego: John Shuttleworth, un cantautor aficionado de mediana edad, con su inseparable órgano Bontempi. Este peculiar dúo, que comenzó cuando Margaret Thatcher era Primera Ministra y A-ha dominaba las listas de éxitos, se ha convertido en un fenómeno cultural.
La relación entre Fellows y Shuttleworth no ha sido siempre armónica. "Después del confinamiento, me sentí intranquilo. Había disfrutado de la inactividad y pensé que quizás era hora de retirarme," confiesa Fellows. Este sentimiento de incertidumbre se agravó con la muerte inminente de su padre, un evento que contrastó con la necesidad de encarnar al jovial Shuttleworth en plena gira. La película documental Father Earth, un viaje a Orkney para convertir una iglesia en ruinas en un estudio de grabación ecológico, revela las tensiones internas de esta compleja dinámica.
El éxito inicial de Fellows con el sencillo "Jilted John" a temprana edad, le causó una presión que lo llevó a la creación de Shuttleworth. Este personaje, inicialmente un nicho, se elevó a la fama con apariciones en televisión y radio, incluyendo a su esposa Mary y su manager Ken. A pesar de casi ganar el premio Perrier de comedia – "perdí contra Steve Coogan por un voto" – Fellows experimentó periodos de autocrítica y duda.
A lo largo de los años, Fellows introdujo otros personajes, como el musicólogo Brian Appleton y el albañil Dave Tordoff, pero la ansiedad escénica lo llevó a abandonar este último. La sensación de no haber hecho "lo suficiente" lo acompañó durante décadas, un sentimiento que comparó con la famosa reflexión de Morrissey sobre el autoconocimiento a los 50 años. "Aún estoy luchando por entender qué es qué," admite.
Sin embargo, la reciente gira de aniversario de Shuttleworth, "Raise the Oof!", marca un punto de inflexión. Fellows ha encontrado una reconciliación con su alter ego. "Me gusta, me he dado cuenta. La gente viene a ver a John porque quiere esa mezcla reconfortante de canciones conocidas y charlas absurdas sobre su pequeño mundo acogedor." La inclusión de "The Ballad of Dangly Man", una nueva canción sobre un incidente en una cueva de Derbyshire, ejemplifica la perdurable creatividad de esta inusual colaboración.
Fellows, a pesar de su falta de ambición, continúa explorando su faceta creativa, combinando proyectos personales con su compromiso con el personaje que lo ha definido durante cuatro décadas. El futuro del dúo dinámico permanece abierto, como un capítulo más en esta historia tan singular como fascinante.