Para muchos, es una década de nostalgia, pero para Martin Kemp, miembro de la banda Spandau Ballet, representa algo más profundo: una época de liberación personal.
Más allá de los éxitos musicales y los icónicos atuendos con hombreras, Kemp comparte en el podcast "Soccer A-Z" y en su podcast con su hijo, "FFS! My Dad Is Martin Kemp", recuerdos íntimos de sus años jóvenes. No se trata solo de la música y la moda, sino de una experiencia transformadora vivida en el legendario club Blitz de Londres.
“Fue un lugar maravilloso para crecer, porque no solo se trataba de ser libre con lo que vestías, sino también de ser libre sexualmente”, recuerda Kemp, quien a sus 63 años conserva la energía de aquellos tiempos. “Tu sexualidad… Podías ser quien quisieras ser. En ese club había chicos besando chicos y chicas besando chicas, y nadie pestañeaba. Y eso es algo que me llevé conmigo, y que les he transmitido a mis hijos: aceptar a las personas por quienes son.”
La libertad expresada en el Blitz, con su atmósfera tolerante y festiva, contrastaba con las convenciones sociales de la época. Kemp describe la escena con una mezcla de asombro y gratitud, destacando la influencia de ese ambiente en su visión del mundo y en su educación. Su experiencia en el Blitz no solo forjó su identidad, sino que también influyó en su perspectiva inclusiva sobre la sexualidad.
El relato de Kemp se extiende más allá de la noche londinense. En "FFS! My Dad Is Martin Kemp", él y su hijo Roman discuten abiertamente sobre la mortalidad, un tema que cobra relevancia tras los dos tumores cerebrales que Kemp padeció en los años 90. Tras superar la enfermedad, Kemp reflexiona sobre su vida y los años que le quedan, estimando “unos 10 años”.
A pesar de este pronóstico, Kemp no muestra resignación. Su actitud es de celebración y aceptación. Planea un funeral festivo, lejos de la tristeza convencional. “No lo hagan triste, no se acerquen a la tristeza, ¡que sea divertido, cuenten chistes! La tristeza es lo último que querría”, le dice a Roman. Una celebración de la vida, tan vibrante como la época que marcó su juventud.
Detalles como sus preferencias para el funeral – una ceremonia en una iglesia con música de los 80 y un ambiente jovial – revelan su personalidad. Un hombre que se enfrenta a la vida, con sus desafíos y limitaciones, con la misma vitalidad que mostraba en los escenarios de los 80s, con la energía de alguien que ha vivido una vida plena y disfruta cada instante que le queda.