La vida, a veces, da giros inesperados, incluso a aquellos que parecen tenerlo todo.
La diseñadora Lynn Ban, reconocida por sus piezas únicas y su participación en el programa "Bling Empire: Nueva York", falleció el pasado lunes a los 52 años. Su esposo, Jett Kain, la encontró sin vida en su residencia de Tribeca alrededor de la 1:30 pm. Un portavoz del NYPD confirmó la muerte de una mujer de 52 años en la zona, aunque no reveló la identidad en ese momento.
La policía no considera la muerte como sospechosa. Sin embargo, la historia tras su partida es tan inesperada como conmovedora. Semanas antes, Lynn sufrió un grave accidente de esquí en Aspen, en la víspera de Navidad. Aunque llevaba casco y fue revisada por los servicios de patrulla, un fuerte dolor de cabeza la llevó al hospital, donde le diagnosticaron un sangrado cerebral.
"En un abrir y cerrar de ojos... la vida puede cambiar", escribió Lynn en una publicación de Instagram, junto a una fotografía mostrando su cabeza parcialmente rapada tras una craneotomía de emergencia. Ella misma documentó la rapidez con la que los acontecimientos cambiaron su vida: "Fui en taxi con Jett y en 30 minutos nos dijeron que tenía una hemorragia cerebral y que necesitaba ser trasladada en avión al hospital de trauma".
Su hijo, Sebastian, confirmó la triste noticia a través de Instagram, compartiendo conmovedores recuerdos: "Mi mamá falleció el lunes. Sé que quería compartir su viaje después de su accidente y cirugía cerebral, así que pensé que apreciaría una última publicación compartiendo la noticia con la gente que la apoyó". En su mensaje, Sebastian describió a su madre como "la mejor amiga, la mejor madre y alguien que se preocupaba por todos".
La diseñadora de origen Singapurés, detrás de la marca Lynn Ban Jewelry, construyó una sólida trayectoria de décadas en la industria de la moda. Sus creaciones fueron lucidas por estrellas internacionales de la talla de Rihanna, Beyoncé, Madonna, Lady Gaga y Billie Eilish. Su legado, sin duda, perdurará más allá de su prematura partida.
Más allá de su éxito profesional, la historia de Lynn Ban nos recuerda la fragilidad de la vida y la importancia de valorar cada momento. Su impacto en el mundo de la moda y en las vidas de quienes la conocieron, permanece como un testimonio de su fuerza, talento y espíritu indomable.