Se trata de Madonna, quien recientemente utilizó sus Instagram Stories para conmemorar un acontecimiento especial: el cumpleaños número 19 de su hija, Mercy James. La fecha, el 22 de enero, se convirtió en el marco para un emotivo mensaje que revela una historia conmovedora que va más allá de la fama y el glamour.
El mensaje de Madonna no solo destaca la alegría por la mayoría de edad de Mercy, sino que también relata el largo y complejo camino que recorrieron juntas. "Cuando te conocí, eras una pequeña bebé, debajo de una red anti-mosquitos en un orfanato en Malawi. Estabas muy enferma de malaria pero luchaste contra ello," escribió la cantante, dejando entrever la fragilidad y la valentía que marcaron el inicio de su vínculo.
La adopción de Mercy, ocurrida en 2012, no estuvo exenta de obstáculos. Madonna recuerda en su publicación las dificultades legales enfrentadas como mujer divorciada en Malawi: "Cuatro años y medio después luego de batallar contra la Suprema Corte en Malawi porque no permitían a mujeres divorciadas adoptar niños, entraste a nuestras vidas." Este detalle humaniza la imagen de la estrella internacional, mostrando la perseverancia necesaria para formar una familia.
Más allá de los desafíos, el mensaje resalta el crecimiento personal y las cualidades de Mercy. Madonna la describe como "una talentosa de la música, una fotógrafa comprometida y honestamente, la más sensible de todos mis hijos." La imagen que se proyecta es la de una joven con un gran corazón, cualidades que la cantante celebra con orgullo.
La publicación de Madonna incluye una fotografía de Mercy con un pastel de cumpleaños decorado en rojo y globos celestes, compartiendo con sus seguidores un momento íntimo de felicidad familiar. Este detalle muestra una faceta poco conocida de una figura pública tan emblemática. Su numerosa familia, que incluye a los gemelos Estere y Stella (12 años), David Banda (19), Rocco (24) y Lourdes Leon (28), completa el panorama de una vida familiar compleja y rica en experiencias.
Mercy James, nacida el 22 de enero de 2006 en Malawi, se unió a la familia de Madonna después de un largo proceso de adopción que comenzó en 2009, tras el divorcio de la cantante y Guy Ritchie en 2008. Este proceso, marcado por desafíos legales y emocionales, culminó con la formación de un vínculo familiar profundo y duradero.