Aunque el año pasado fue excepcionalmente difícil para la joven de 28 años, la revelación no se centra en el diagnóstico en sí mismo, sino en el largo y complejo camino para llegar a él. Fue en 2024 cuando la salud de Lili Reinhart comenzó a deteriorarse notablemente, coincidiendo con la culminación del rodaje de la quinta temporada de Riverdale.
El proceso comenzó con un cansancio extremo, descrito como "fatiga crónica", que despertó la preocupación de sus médicos. Posteriormente, se sumaron otros síntomas como un aumento de peso inexplicable y problemas gastrointestinales. Se realizaron pruebas para descartar enfermedades como la celiaquía y la enfermedad de Crohn, todas con resultados negativos. “He hecho todas las pruebas,” comentó Reinhart, “y mi intestino sigue diciendo: ‘Oye, p$rra, tienes algo. Solo que no puedes averiguar qué es.’” En paralelo, Lili también luchó contra un trastorno alimenticio, lo que dificultó aún más el proceso de diagnóstico.
Durante el verano, mientras trabajaba en una película en Alemania, sus problemas de salud se intensificaron. Lili experimentó síntomas de infección urinaria, lo que la llevó a acudir a un hospital a altas horas de la noche. A pesar del tratamiento con antibióticos para una "leve infección", el malestar persistía. La urgencia urinaria continuaba, aunque los análisis no mostraban infección alguna. Este episodio la llevó a regresar al hospital en dos ocasiones más.
De regreso a Los Ángeles, consultó con ginecólogos y urólogos, hasta que finalmente encontró a un especialista en uroginología. Tras una cistoscopia, se descartaron tumores y quistes, pero se observó una considerable inflamación. Finalmente, se le diagnosticó cistitis intersticial, también conocida como síndrome de dolor vesical. Este diagnóstico, sumado a la búsqueda de respuestas para una posible enfermedad autoinmune o inflamatoria, conformaron lo que Reinhart describe como "el año más difícil de mi vida". Actualmente, Lili se somete a tratamientos semanales para controlar los síntomas.
Su experiencia ha impulsado a Reinhart a compartir su historia, inspirándose en el fallecimiento de su abuela tras un largo retraso en su diagnóstico de cáncer. "La cosa más importante que he aprendido de esta experiencia es la necesidad absoluta de abogar por tu propia salud. No dejes que un médico te manipule o minimice tu dolor", escribió en Instagram.
La historia de Lili, acompañada de fotografías y mensajes de texto que documentan su batalla, se presenta como un recordatorio de la importancia de la perseverancia en la búsqueda de respuestas médicas y la necesidad de ser la propia defensora de la salud.