El camino hacia la pantalla grande estuvo lleno de giros inesperados, de decisiones que definieron una leyenda.
Leonardo DiCaprio, a sus 21 años, ya era un nombre reconocido. Su candidatura para interpretar a Jack Dawson fue, sin embargo, un proceso más complejo de lo que imaginamos. James Cameron, el visionario director, revela en entrevistas la audición que estuvo a punto de dejar a DiCaprio fuera del proyecto que lo catapultaría a la fama mundial.
El primer encuentro entre Cameron y DiCaprio fue un éxito rotundo. “Todas las mujeres de la oficina estaban en la reunión. Todas querían conocer a Leo. Fue una locura”, recuerda el director. El carisma del joven actor cautivó a todos, dejando una excelente impresión inicial. Pero la siguiente fase del casting pondría a prueba su determinación.
La prueba de pantalla con Kate Winslet, quien ya había sido elegida como Rose, se convirtió en un punto de inflexión. DiCaprio, pensando que solo se trataba de una reunión informal con su coprotagonista, se sorprendió al ser convocado para una lectura de escenas. “Él no sabía que iba a hacer una prueba… me dijo: ‘Oh, no leo’”, relata Cameron.
La respuesta de DiCaprio tomó por sorpresa al director. Ante la posibilidad de perder a un actor tan prometedor, Cameron fue directo: “Esta es una película enorme… No voy a arruinarlo tomando una decisión equivocada en el casting. Entonces, o lees, o no consigues el papel.”
La presión funcionó. DiCaprio aceptó el reto. Al decir “acción”, la magia ocurrió. “Se convirtió en Jack. Kate simplemente se encendió e hicieron la escena. Se abrieron las nubes oscuras y un rayo de sol descendió e iluminó a Jack”, recuerda con emoción Cameron, describiendo el momento en que la química entre ambos actores se hizo evidente.
Pero la historia no termina ahí. Otras figuras importantes del cine estuvieron en la lista inicial. Matthew McConaughey, por ejemplo, creyó haber conseguido el papel. "Tuve un buen casting. Me fui bastante confiado en que tenía el papel. Pero no lo conseguí", declaró posteriormente. Otros nombres como Jeremy Sisto, Johnny Depp, Christian Bale y River Phoenix también fueron considerados, cada uno con su propia historia en este proceso de selección.
Incluso una de las frases más emblemáticas de la película, “Soy el rey del mundo”, estuvo a punto de ser eliminada debido a las reservas de DiCaprio, quien la consideraba demasiado cursi. La insistencia de Cameron, sin embargo, prevaleció, dando lugar a uno de los momentos más memorables del cine.
El éxito posterior de Titanic es ya historia. Más de dos mil millones de dólares en taquilla y once premios Oscar son el testimonio de una producción que, desde sus inicios, estuvo marcada por la improvisación, la tensión y la búsqueda incansable de la perfección, creando un legado cinematográfico imborrable.