El oscuro secreto tras el éxito de los Culkin: Abuso y lucha por la justicia
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El nombre Culkin evoca inmediatamente imágenes de "Mi pobre angelito". Macaulay Culkin, el hermano mayor de Kieran, se convirtió en una estrella infantil icónica. Su éxito fulminante, sin embargo, fue solo una parte de una historia mucho más profunda. Nacido en una numerosa familia neoyorquina, Kieran, junto con sus seis hermanos, creció en un ambiente lejos del brillo y el glamour. Su padre, Kit Culkin, un actor con aspiraciones frustradas, y su madre, Patricia Brentrup, formaron una familia marcada por la lucha económica y, según declaraciones posteriores, por la manipulación y el abuso.
“En los 90, vivíamos todos en un apartamento de una habitación en Manhattan. Dormíamos en literas como si fuéramos sardinas en lata,” recordó Macaulay en una entrevista con Ellen DeGeneres. La familia, incluyendo a Kieran, se vio inmersa en el mundo del espectáculo desde temprana edad, participando en producciones teatrales gracias a la iniciativa de sus padres quienes, según relatos de Kieran en Vanity Fair, ofrecían a sus hijos como actores a cualquier producción que lo requiriera. Esta práctica, si bien les abrió puertas, también los exponía a un sistema carente de protecciones legales adecuadas.
Mientras Macaulay escalaba la cima del éxito, alcanzando un nivel de riqueza deslumbrante a una edad temprana – llegando a ser multimillonario a los 12 años y estando en la lista de personas más poderosas de la industria según la revista Premiere en 1993 – su padre, lejos de administrar sabiamente sus ganancias, las despilfarró, dejando a la familia en una situación vulnerable. "Todo lo que mi padre trató de conseguir en su vida, yo lo superé antes de los 10 años," declaró Macaulay en otra entrevista. El contraste entre la riqueza de Macaulay y la pobreza de la familia fue un factor crucial en los acontecimientos que seguirían.
La situación familiar se agravó aún más por el comportamiento de Kit Culkin. Macaulay, en una entrevista en el podcast WTF with Marc Maron, describió el abuso físico y emocional al que sometía a la familia, incluyendo a Patricia. Kieran, aunque evitó detallar sus experiencias personales, confirmó que la situación no era ideal.
El punto de inflexión llegó cuando Macaulay, a los 17 años, tomó una decisión que cambiaría el curso de su vida y el de otros niños actores. Denunció a sus padres por apropiación indebida y maltrato, reclamando una parte significativa de sus ganancias. Este acto legal, además de brindarle a él y a sus hermanos una mejor estabilidad, generó una resonancia significativa en Hollywood. La batalla legal de los Culkin sacó a la luz las deficiencias en la protección legal de los niños actores, fortaleciendo la legislación estadounidense en este ámbito y sirviendo como un referente para la industria.
El éxito actual de Kieran, coronado por su segundo Globo de Oro, es un testimonio de su perseverancia y talento. Pero también es un recordatorio de la importancia de proteger a los niños actores, una batalla que la familia Culkin ayudó a liderar, dejando un legado que trasciende la pantalla grande.