Herencia Pinal: Enigma del cuadro de Rivera desata controversia familiar
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El cuadro, una pieza clave en la historia familiar, ha generado especulaciones sobre su paradero. Inicialmente, se reportó que Alejandra Guzmán, hija de la fallecida actriz, había tomado posesión de la obra. Luis Enrique Guzmán, hermano de Alejandra, confirmó esta información, declarando: “Mi mamá se lo dejó a Alejandra desde 2004. Ya era de ella. Siempre fue suyo, pero ella por respeto no se lo quiso llevar de la casa de mi mamá en la Ciudad de México”.
Sin embargo, la narrativa tomó un giro inesperado con las declaraciones de Enrique Guzmán, padre de Alejandra. Él asegura que la pieza en posesión de su hija es una réplica, afirmando que el original fue donado a Bellas Artes: “El cuadro original está en Bellas Artes. Lo que tiene Ale es una copia del cuadro, eso es lo que recibió de parte de Silvia. Silvia había donado ya a Bellas Artes, desde hace mucho tiempo, el cuadro”.
Esta discrepancia en las versiones ha generado confusión. La propia Silvia Pinal, en vida, había expresado su deseo de legar la obra a sus hijos – Alejandra, Luis Enrique y Sylvia Pasquel – con la condición de que eventualmente fuera donado al Museo Diego Rivera, manteniendo sus herederos los derechos de propiedad. “Lo voy a dejar a mis hijos… ellos lo dan a la Casa de Diego, pero es de mis hijos, tiene seguro”, mencionó en alguna ocasión.
Añade complejidad al asunto el hecho de que el proceso de lectura del testamento de Silvia Pinal se encuentra temporalmente suspendido debido al fallecimiento del notario encargado. La valuación del cuadro, estimada entre 58 y 61 millones de pesos, según expertos en arte, solo intensifica el interés en resolver este misterio familiar. La anécdota de Silvia Pinal sobre cómo obtuvo el cuadro, sin costo alguno de Diego Rivera, añade otro capítulo fascinante a esta historia: “(Me dijo) ‘O no le cobro, o le cobro muchísimo, usted decide’”, recordó la actriz.
Mientras la familia guarda silencio ante las contradicciones públicas, el enigma del cuadro de Diego Rivera permanece, una pieza invaluable tanto por su valor artístico como por el misterio que ahora rodea su legado.