Cristina Riva Palacio: De esposa a mejor amiga de Daniel Bisogno
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Cristina Riva Palacio ha sorprendido al revelar cómo pasó de ser la esposa de Daniel Bisogno a convertirse en una de sus mejores amigas, luego de un divorcio que describe como “horrible” y “complicado”. En una entrevista con la periodista Matilde Obregón, la también excolaboradora de Ventaneando abrió su corazón y contó detalles inéditos sobre su separación, la evolución de su relación y cómo lograron priorizar el bienestar de su hija, Michaela.
Cristina no oculta que el proceso de separación fue extremadamente difícil, tras casarse con Bisogno en 2014. “Los dos lloramos mucho, los dos sufrimos muchísimo, pero al final nos dimos cuenta de que lo más importante era la niña”, confesó. Sin embargo, lo que podría haber terminado en una ruptura conflictiva, terminó convirtiéndose en una amistad sólida y llena de respeto.
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El día que firmaron el divorcio, en lugar de irse cada uno por su lado, decidieron compartir un desayuno juntos. “Literal, firmamos el divorcio un miércoles y ese mismo día fuimos a desayunar los tres. Luego, el sábado, nos volvimos a juntar para comer. Fue nuestra manera de decir: ‘Esto no tiene que ser una guerra’”, recordó.
Para quienes se preguntan si en algún momento pensaron en darse otra oportunidad como pareja, la respuesta es un rotundo no. “Ya estábamos muy rotos como pareja. Nos dimos cuenta de que como papás íbamos a ser increíbles, pero como pareja simplemente ya no funcionábamos”, explicó Cristina.
Y aunque el amor de pareja se terminó, su relación como amigos y co-padres se fortaleció, al grado de compartir momentos familiares como si nada hubiera pasado. Un ejemplo de esto fue el viaje a Disney que hicieron tras su divorcio. “El primer año de separados, llevamos a Michaela a Disney los tres solos. Dos semanas en el mismo departamento. Ya cada quien tenía su vida, pero fue padrísimo por la niña”, contó con emoción.
A pesar de los altibajos y los momentos dolorosos, Cristina considera a Daniel uno de sus mejores amigos. “Cuando yo necesitaba un consejo, el primero al que llamaba era Daniel. Y cuando él tuvo su primera hospitalización, la primera a la que llamó fue a mí”, reveló.
Su historia es un recordatorio de que, aunque las relaciones de pareja pueden terminar, el respeto y la madurez pueden transformar una ruptura en un vínculo de amistad y apoyo incondicional.