Marisol del Olmo: La Villana de Telenovelas Revela su Doloroso Pasado

Marisol del Olmo, la actriz reconocida por sus memorables papeles de villana en telenovelas, recientemente compartió detalles íntimos de su vida, revelando un pasado marcado por la ausencia de una figura paterna. Criada en un hogar encabezado por mujeres fuertes –su madre y abuela, con su abuelo asumiendo un rol paternal–, la actriz describe su infancia como un "matriarcado brutal", una experiencia que, según ella, moldeó su carácter dominante.
La búsqueda de su padre biológico, un anhelo que la acompañó durante años, se convirtió en una odisea. Con la llegada de internet, Del Olmo intentó rastrearlo, utilizando la información limitada que poseía. Sin embargo, sus esfuerzos resultaron infructuosos: "Intenté un par de veces, pero nunca encontré nada", confesó en una entrevista.
La falta de respuestas la llevó a una aceptación compleja: "Al final, acepté que soy González... porque cuando vienes de este tipo de heridas reniegas, pero no tuve más opción que aceptar que soy tanto mitad mamá como mitad papá, aunque él nunca estuvo presente". Esta aceptación, lejos de ser una rendición, se presenta como un acto de empoderamiento y autodescubrimiento.
A sus 49 años, Marisol ha logrado superar el resentimiento, encontrando en la madurez una nueva perspectiva. Su experiencia la ha sensibilizado en su rol de madre, valorando profundamente la importancia de la presencia paterna en la vida de sus hijos, especialmente considerando su propia situación. "Ahora con mis hijos me ha tocado vivirlo desde otro lugar... pero valoro mucho que ellos sí tengan la presencia de sus padres", afirma.
La relación con el padre de su hija Isabella, el actor Pierre Ángelo, contrasta con la ausencia de su propio padre. Del Olmo destaca la sana convivencia y el apoyo mutuo que mantienen, incluso después de su separación: "El papá de Isabella, Pierre Ángelo, es un increíble papá y un increíble exmarido, con decirte que es padrino de bautizo de mi hijo Patricio. Siempre hemos tenido una comunicación abierta y apoyo mutuo".
Finalmente, la actriz reflexiona sobre su evolución personal, reconociendo un cambio en su carácter: "Cuando uno nace visceral, muere visceral, pero las experiencias y los años te hacen ver la vida de otra manera. Ahora domino más esa imprudencia de decir cosas sin filtro... Pero cada vez soy más sensible y más empática". Su trayectoria, tanto en la pantalla como en la vida, se presenta como un testimonio de resiliencia y crecimiento personal.