Jason Statham en A Working Man: Acción, Humor Negro y Estética Exagerada

Este giro en su vida, sin embargo, se ve interrumpido cuando la hija de 19 años de sus jefes, Joe (Michael Peña) y Carla (Noemi Gonzalez), es secuestrada por una peligrosa red de tráfico sexual.
Desde ahí, la trama se desata en una búsqueda violenta y llena de situaciones inesperadas. El escenario de la acción nos traslada a lugares tan diversos como un club nocturno con malabaristas de fuego, un bar clandestino con una decoración digna de "El Gran Gatsby" y, créanlo o no, un bar de motociclistas adornado con cientos de cráneos humanos. La extravagancia de la puesta en escena roba la atención, con una estética visual tan exagerada que incluso la luna parece salida de una película de ciencia ficción.
Mientras Levon se abre paso a través de una serie de grotescos y extravagantemente vestidos matones - piensen en vampiros chic y capas de metal -, la acción en sí misma no es lo más destacable. En lugar de centrarse en peleas coreografiadas, la película se deleita en el vestuario y los personajes excéntricos. "Yo soy la papa grande," se jacta un villano, con un sombrero de vaquero de encaje y mangas abullonadas, en una escena que parece sacada de un sueño febril.
La película, basada en la novela "Levon's Trade" de Chuck Dixon, se aleja del cliché del héroe de acción serio y taciturno. Ayer le imprime un toque de humor negro, re imaginando al personaje para que encaje con el estilo de Statham, cambiando el enfoque del libro original y añadiendo elementos que la convierten en algo mucho más que una simple historia de venganza.
El pasado militar de Levon, con sus 22 años de servicio secreto, y su presente como padre enfrentado a una batalla legal por la custodia de su hijo, dan un trasfondo más profundo a su personaje. Incluso personajes secundarios, como el doctor Roth (Richard Heap), el suegro adinerado de Levon, añaden un toque de comedia involuntaria con su peculiar estilo. Su aspecto, con sus sombreros y pantalones de yoga, poco se asemeja a un estirado neurocirujano.
A pesar de la violencia gráfica, hay momentos de humor y personajes memorables. Arianna Rivas, como Jenny, la hija secuestrada, es un ejemplo de personaje femenino activo y multifacético. Su personalidad y sus habilidades, desde karate hasta la interpretación de "Claro de Luna" de Beethoven, aportan matices inesperados a la trama.
En resumen, "A Working Man" es una película que juega con los tropos del género de acción, ofreciendo una mezcla inesperada de violencia, humor negro y una estética visualmente deslumbrante. La película no se toma demasiado en serio a sí misma, lo cual, al final, resulta ser su mayor fortaleza.