Macaulay Culkin revela la verdad sobre su difícil relación con su padre

Macaulay Culkin, el inolvidable Kevin McCallister de Mi pobre angelito, ha roto el silencio sobre una relación familiar marcada por la distancia. A sus 44 años, el actor, quien se describe a sí mismo como mayormente retirado de la actuación, ha revelado detalles conmovedores sobre su complicada relación con su padre, Kit Culkin, un actor de teatro retirado.
La separación, que se extiende por casi tres décadas, no es un asunto trivial. Macaulay ha compartido, en el podcast Sibling Revelry con Kate y Oliver Hudson, la razón de este distanciamiento. “Uno de mis primeros recuerdos de él fue: 'Cuando crezca, así es como no voy a estar con mis hijos'", reveló, añadiendo que esa promesa de su infancia le sirve ahora como guía para su propia paternidad, con sus hijos Dakota y Carson, junto a su prometida Brenda Song.
La brecha entre padre e hijo se remonta a la infancia de Macaulay. El joven actor, catapultado a la fama a los diez años con la saga Mi pobre angelito, superó rápidamente a su padre en popularidad y éxito económico. Esta disparidad, según Macaulay, generó un resentimiento en Kit, agravado por la percepción del padre de que su hijo lo eclipsaba en el ámbito artístico: “Él quería ser actor y hizo algunas cosas… luego, de repente, tiene a este niño que no se parecía en nada a él, para ser honesto. Me parezco mucho a mi madre. No me parezco a él”.
La batalla por la custodia de Macaulay durante la separación de sus padres, Patricia y Kit, fue un punto de inflexión crucial. En aquel momento, el joven Macaulay, con un patrimonio valorado en 50 millones de dólares, decidió tomar el control legal de sus finanzas, eliminando a sus padres de su fideicomiso. "Durante todo el asunto de la custodia, no quería tener nada que ver con mi maldito padre," confesó Macaulay, recordando su decisión de desafiar una orden judicial de visitas forzadas con su padre, calificándolo de abusivo tanto física como mentalmente.
El actor, que dejó la actuación en 2001, ha relatado episodios de su infancia en los que su padre lo obligaba a actuar bajo amenaza de violencia física. Estos eventos, combinados con años de fricciones y resentimientos, explican la profunda ruptura entre Macaulay y Kit Culkin, un relato familiar que deja al descubierto la complejidad detrás del brillo del estrellato.
La experiencia ha moldeado la perspectiva de Macaulay sobre la crianza de los hijos, una perspectiva que busca ser diametralmente opuesta a la que él vivió en su infancia. Es una historia que va más allá de la simple discordia familiar y se convierte en un relato de superación personal y la búsqueda de un futuro diferente.