Príncipe Harry vs. Rey Carlos III: batalla legal agrieta la familia real británica

El Príncipe Harry, de 40 años, se encuentra inmerso en una batalla legal para recuperar la protección policial financiada con fondos públicos que le fue retirada a él y a su familia hace cinco años. Este proceso, que lo llevó a las cortes de Londres durante dos días la semana pasada, ha tensionado aún más su relación con su padre, el Rey Carlos III.
Fuentes cercanas al palacio afirman que la falta de apoyo del Rey y otros miembros de la familia real a Harry en este proceso legal refleja la considerable distancia que existe entre ambos bandos. “No creo que haya un acercamiento”, declaró una fuente a la revista People. “Nada ha cambiado.”
La tensión entre padre e hijo se ha intensificado. Se dice que la comunicación es prácticamente inexistente; el Rey, según fuentes cercanas al Príncipe, ya no responde a sus llamadas ni a sus cartas. Incluso la hospitalización del Rey por cáncer a finales de marzo, fue algo que Harry supo por las noticias, sin aviso previo de Buckingham Palace, quien argumentó evitar “agregar drama” a la situación. Esto deja a Harry sin información sobre la salud de su padre.
La autora real Sally Bedell Smith explicó la delicada situación: “Si su padre dijera algo, aunque aparentemente inofensivo, podría terminar en medio del caso judicial.” La situación se complica aún más por las publicaciones previas del Príncipe Harry y Meghan Markle, incluyendo su entrevista con Oprah Winfrey y su documental en Netflix, que profundizaron los problemas dentro de la familia real. Su libro “Spare,” publicado en enero de 2023, también contribuyó a esta situación.
El Príncipe Harry, durante su visita a los tribunales, fue visto acompañado de un equipo de seguridad privado, una imagen que contrasta con la protección pública que busca recuperar. Este aspecto agrega otra capa de complejidad a la compleja dinámica familiar, que parece lejos de encontrar una resolución.
Se espera que la audiencia de la apelación del Príncipe Harry dé más luces sobre este asunto. Mientras tanto, la familia real permanece bajo el escrutinio público, generando un debate sobre el futuro de la monarquía y sus relaciones privadas.