Frank Cuesta: Accidente con Cobra Escupidora en Tailandia

Muchos se preguntaban: ¿qué había sucedido realmente?
La verdad, finalmente, salió a la luz, aunque no sin antes dejar una estela de incertidumbre. Frank Cuesta, el famoso herpetólogo español, se vio involucrado en un inesperado accidente durante sus actividades en Tailandia. No fue una aventura extrema en la selva, ni un encuentro con un animal salvaje particularmente feroz. Fue algo mucho más cercano, más... personal.
Según información proporcionada por su amigo, Javier Oliveira, el incidente involucró a una cobra escupidora. Frank, aparentemente, confundió la especie con una cobra monócula, inofensiva. Este error de identificación tuvo consecuencias inmediatas y graves, como explica Oliveira: "La reacción fue inmediata: inflamación ocular severa, dolor agudo y riesgo de intoxicación sistémica". El veneno de la cobra, proyectado directamente a sus ojos, causó una inflamación importante y un intenso dolor.
La situación generó una gran preocupación entre sus familiares y seguidores. Su esposa, Paloma Ramón, compartió a través de redes sociales la angustia que estaban viviendo: "Lo que es alucinante es que los doctores están sorprendidos con la resistencia que tiene Frank al veneno. A una persona normal la mata, pero claro."
Afortunadamente, la historia tuvo un final positivo. Tras 24 horas de observación en un hospital tailandés, Frank recibió el alta médica. Él mismo confirmó a la agencia EFE: "Salí ayer del hospital tras permanecer 24 horas en observación para asegurarse que el veneno no ha llegado a la sangre." Paloma, posteriormente, agregó detalles sobre el tratamiento que recibió: "Nos han dado varios productos para los ojos y ya está en casa. Tendrá que ir a hacer curas varios días. Calculan que en 10 días su vista volverá a ser seguramente normal."
Incluso en medio de la emergencia, la pasión de Frank por la naturaleza permaneció intacta. Paloma relató que, durante el traslado al hospital, Frank pidió detener la ambulancia para devolver la cobra al río, evitando así su muerte. Este gesto refleja su profundo compromiso con la conservación.
Se cree que la especie involucrada fue la Naja siamensis, una cobra escupidora común en la región. El incidente, lejos de desalentarlo, parece haber reforzado su compromiso con la vida silvestre. Una historia que deja una marca, no solo por la adrenalina del momento, sino por la resiliencia y la pasión que la protagonizan.