Stallone: El arrepentimiento que pesa más que un Oscar

Pero detrás del éxito arrollador, la leyenda esconde algunos capítulos menos gloriosos, momentos de inflexión que incluso el mismísimo Stallone reconoce como errores.
Su carrera, un ascenso meteórico a la cima de Hollywood, comenzó con Rocky (1976), un golpe de suerte que le valió una nominación al Oscar y la consagración como estrella. Luego llegó John Rambo, consolidando su imagen como el rey indiscutible del cine de acción. Sin embargo, entre tanto éxito, un papel se escapaba de su currículum: uno que, según el propio Stallone, aún le produce pesar.
La película en cuestión es “El Regreso” (1978). En una entrevista con Macleans, Stallone confesó: “Fui muy idiota” al rechazar el papel protagónico. Una decisión que, según él, se basó en el miedo a un reto actoral que consideraba demasiado complejo para sí mismo en aquel momento.
La ironía es cruel: “El Regreso” no solo fue un éxito crítico, cosechando tres premios Oscar, incluyendo el de Mejor Actor para John Voight, sino que también representa un hito en la historia del cine. Este triunfo resalta aún más el arrepentimiento de Stallone, quien a pesar de su innegable éxito, sigue sin tener una estatuilla dorada en su colección. Para él, la ausencia de "El Regreso" en su filmografía representa una oportunidad perdida, un vacío que, según sus propias palabras, sigue pesando en su trayectoria.
Pero la historia no termina ahí. Stallone ha demostrado una capacidad asombrosa de reinventarse. Su reciente incursión en la televisión con "Tulsa King", una serie de Paramount donde interpreta a un capo de la mafia, ha sido recibida con gran entusiasmo, logrando incluso una tercera temporada. Este nuevo rol televisivo, lejos de ser una concesión, evidencia su versatilidad y su constante búsqueda de desafíos actorales, demostrando que, incluso con los arrepentimientos del pasado, sigue siendo una figura relevante y dinámica en la industria del entretenimiento.