Errol Musk, padre de Elon, enfrenta acusaciones de abuso sexual por familiares

La investigación revela un patrón perturbador: el primer incidente reportado habría ocurrido en 1993, cuando Jana Bezuidenhout, su entenada de apenas 4 años, habría confesado a familiares que Errol la tocó de manera inapropiada. Una década después, la misma mujer —entonces adolescente— lo habría sorprendido "oliscando su ropa interior sucia", según declaraciones enviadas a la policía sudafricana.

• 1993: Primer reporte de abuso contra Jana Bezuidenhout (4 años).
• 2003: Denuncia por conducta sexual inapropiada con prendas íntimas.
• 2022: Un hijo de 5 años de Errol y Jana lo acusa de "tocar sus nalgas".

Lo más inquietante emerge después: Errol y Jana —su ex entenada— iniciaron una relación sentimental cuando ella tenía casi 30 años, fruto de la cual tuvieron dos hijos. En 2022, uno de ellos, entonces menor de edad, contó a familiares que su padre "le agarraba las nalgas". La madre del niño, Heide-Mari Bezuidenhout, tercera exesposa de Errol, documentó el caso en mensajes de texto que obtuvo el Times: "Gritaba 'no, papá'".

Errol, de 79 años y exmiembro del Partido Federal Progresista sudafricano, niega todas las acusaciones. En declaraciones al periódico estadounidense, calificó los señalamientos como "absurdos" y sugirió que familiares inventaron las historias para extorsionar a Elon. Aunque se presentaron denuncias en Sudáfrica y California, ningún caso prosperó por "falta de evidencia".

El silencio de Elon Musk es elocuente. Fuentes cercanas a la familia revelan que el CEO de Tesla ha mantenido distancia de su padre durante años, aunque en 2023 aprobó un apoyo económico mensual de $1,700 dólares para una de sus ex hermanastras. Las tensiones, al parecer, van más allá de los titulares.

Mientras tanto, Errol insiste en que solo es consciente de una acusación y ofrece explicaciones domésticas para los incidentes: "Limpiaba su habitación porque la casa estaba horrible", dijo sobre el episodio de la ropa interior. Pero los documentos muestran un historial de desconfianza familiar que ningún comunicado puede borrar.

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