Yébenes redefine la medicina estética con tecnología y tradición en la Roma

Maribel Yébenes, "aquella mujer que desafió los protocolos médicos de los 70 con técnicas consideradas radicales", según describieron los organizadores, apareció rodeada de fotografías que documentaban décadas de avances. A su lado, Myriam Yébenes —heredera al frente del imperio familiar— detalló cómo han transformado el concepto de belleza:
El menú, diseñado por un chef con tres estrellas Michelin, sirvió de analogía perfecta: aceitunas españolas maceradas en mole, espuma de guanábana sobre bases de jamón ibérico. Cada bocado reflejaba la misma mezcla de tradición y vanguardia que define a la firma Yébenes.
Cuando las luces se atenuaron para proyectar un video con testimonios de pacientes, alguien susurró "esto ya no es cosmética, es antropología". La velada cerró con Maribel y Myriam abrazadas frente a una pantalla que mostraba su primer consultorio —una habitación de 12 metros cuadrados— contrastada con su última clínica en la Ciudad de México. Sin discursos grandilocuentes. Sin promesas vacías. Solo el peso de medio siglo demostrando que, en belleza, los atajos nunca superan a la ciencia.